Masturbación consciente

Para la mayoría de mujeres, la masturbación es o ha sido en algún momento de sus vidas un tema delicado. La imagen de la mujer que tenemos es algo así como un torbellino de actividad, y ese “multitasking” nos ha hecho olvidarnos de nuestra capacidad de disfrute o restarle importancia relegándola a un plano apenas importante o necesario en nuestras vidas.

Cuando las mujeres reconectamos con nuestra naturaleza, dejamos salir de algún modo la figura de la observadora interna, un ser intuitivo y conocedor del propio cuerpo y la psique. Esta reconexión nos apela entre otras a la necesidad de una masturbación consciente. Después de darle muchas vueltas a esta cuestión nos animamos a investigar sobre ello; a hablar con todas las mujeres que nos fuera posible y con ello sacar conclusiones que de alguna manera nos acercaran a la realidad circundante a la masturbación femenina.

La relación de cada mujer con sus genitales y su sexo

Hay muchas mujeres que consideran que no tienen una relación ni sana ni insana con sus genitales y/o su masturbación. El conocimiento de una misma nos lleva a poder saber con mayor precisión cuál es la mejor forma de estimularnos y darnos placer. Una gran mayoría de mujeres admiten no auto-explorarse e incluso no poder describir la forma de su vulva ya que nunca se la han mirado de cerca, ya sea con un espejo o haciéndose una foto.

“Envidio a las personas que están horas examinándose, probando, conociéndose y disfrutan de todo el proceso. Pocas veces concibo yo ese momento para mi. Me resulta un poco embarazoso expresarme así porqué quisiera conocerme mejor o darle más importancia, ya que considero el tema como algo sano y hermoso.” (Cita de una mujer)

La masturbación es algo inevitable para la mayoría de seres humanos aunque aún existe mucha culpa y condena sobre el sexo por la castración emocional y sexual que acarreamos y que aún vivimos y por la desinformación evidente acerca del tema.

Autoconocimiento y consciencia

Tengamos pareja o no, lo primordial es sentirnos bien con nosotras mismas y para ello cabe construir un espacio de intimidad dentro del cual, la sexualidad juega un papel importante. ¿Por qué si el sexo ocupa una parcela importante en nuestras vidas, la comunicación al respecto es en muchos casos tan pobre?

Muchas de nosotras consideramos el sexo en pareja de algún modo como un acto de comunicación y de compartir pero a la hora de comunicar y compartir con una misma se nos olvida y si no logramos un fin, puede llegar a frustrarnos.

“En mi historia de masturbación el correrme ha sido muy importante ya que si no, lo vivo como que no me siento tan.. llena. Si estoy follando con otra persona y no me corro siento que me quedo con la experiencia de haber compartido algo pero cuando me pasa a mi sola tengo una historia de: Yo estaba haciendo esto para algo y me molesta no correrme.” (Cita de una mujer)

 Aunque la masturbación es necesaria, no basta con la persecución del orgasmo; sino que con la masturbación deberíamos buscar conocernos más y mejor. Ya sea físicamente (palpar, reconocer nuestras formas, saber qué cosa hay en cada sitio..) o sensorial y psicológicamente (cómo nos gustan las caricias, dónde poner más énfasis, que es lo que más nos llena, en qué momentos lo necesitamos más o nos sienta mejor…).

”Siempre acabo deseando el orgasmo y terminando rápido, como quien hace un trámite. He llegado a pensar que es por pereza, por falta de ganas reales, e incluso por sentirme mal conmigo” (Cita de una mujer)

 La búsqueda del orgasmo no debe ser un fin, sino un camino de exploración, conocimiento y disfrute

La sexualidad es inherente al ser humano y la comunicación también así que intentemos que ésta última sea natural y en términos positivos. Las mujeres, en lo que al sexo concierne, estamos acostumbradas a dar más importancia al dar que al recibir, y el hecho de que vivamos en una sociedad falocéntrica, ha contribuido en gran medida a reforzar la imagen (errónea) de que la sexualidad de la mujer, debe girar en torno a la de su pareja.

Escucharnos a nosotras mismas y darnos lo que el cuerpo nos pide siempre ayudará en el proceso de crecimiento personal y este proceso incluye por supuesto nuestra sexualidad.

“Cuando lo hago lo disfruto y me siento cómoda porque forma parte de conocerse a una misma y por muy bien que me lo haga mi pareja que no tengo mijita de queja, el tocarte a ti misma siempre va a ser distinto y cuanto más te tocas más cosas descubres y más cosas puedes compartir con él o ella.” (Cita de una mujer)

Nuestro sexo no es solo una zona de placer si no de consciencia

El tiempo libre del que disponemos, nuestro entorno, las cargas emocionales y sociales que acarreamos, pero sobre todo, el estado anímico, juegan un papel de suma importancia en lo que a la masturbación se refiere. Así, cuando nos sentimos bien con nosotras mismas y todo está más o menos en orden tendemos a masturbarnos más y a la inversa.

“Hay temporadas que me tiro 6 meses que me masturbo de una a cuatro veces diarias y luego paso un par de años que no me hace falta y lo hago de higos a peras. Luego paso una época que me masturbo a diario pero solo una vez y si no me acuerdo no pasa nada. Ha ido variando mucho dependiendo de mi momento vital de cómo estoy yo si estoy bien o no. También depende de si me gusta alguien o no, si estoy recién emparejada o no, si estoy teniendo sexo o no… ósea que hay muchas cosas ahí juntas haciendo trabajos” (Cita de una mujer)

Tratar de escuchar tu cuerpo y lo que éste te pida en el momento que te lo pida puede ser una buena guía; ya que el cuerpo es sabio, reacciona y demanda en base a lo que necesita, lo que estás viviendo y cómo en este momento determinado de tu vida. Uno de los factores (junto con el estado anímico) determinantes a la hora de masturbarnos y de la asiduidad con la que lo hacemos, es que muchas mujeres conciben aún la masturbación como un acto a realizar única y exclusivamente en pareja.

Es más, lo ven como precalentamiento o juego preliminar a la penetración y no como un acto sexual en sí. Aunque hay bastante cuórum en el hecho de que los orgasmos a solas no tienen mucho que ver con los orgasmos en pareja; si lo hacen solas es en contadas ocasiones o cuando están solteras y no tienen sexo en pareja. Y el motivo es más para liberar tensión, como un mecanismo para des estresarse y por lo tanto no se exploran toda su capacidad orgásmica, si no que se quedan con la parte más física que tiene que ver con la liberación hormonal.

“Ahora lo hago poco, unas 2 veces al mes si puedo pero mas que nada porque también lo hago con mi pareja” (Cita de una mujer)

Inicios

Es prácticamente imposible hablar de masturbación y que no nos dé por pensar en cuándo empezó todo. ¿Con qué edad empecé a masturbarme conscientemente? ¿Será una edad demasiado temprana la mía? O tal vez no lo descubrí hasta hace poco en mi vida? Cómo lo vivía entonces y como lo vivo ahora? Nos consta que una mayoría empezó a masturbarse entre los 7 y los 12 años aunque como en todo, hay casos más tempranos y más tardíos. Para la mayoría de las que empezamos de más pequeñas, en muchas ocasiones coincide que fue un hecho “accidental” durante la autoexploración y la curiosidad que conlleva la niñez.

Y decimos accidental porque en muchos de los casos no se buscaba o no se tenía constancia del placer que aquello podía provocar, si no que es algo que se fue deduciendo sobre la marcha. Cuánto más mayor hayas empezado a masturbarte, la experiencia habrá sido más conscientemente buscada y el fin de hacerlo tendrá más relación con la búsqueda del orgasmo y la satisfacción personal.

“Es una experiencia bastante increíble la primera vez. Creo que ahora se dice más pero en mi época era muy raro hablar de esto y te sentías como medio mal, como si fueras una guarra. Yo tenía esa sensación pero seguí haciéndolo porque lo disfrutaba mucho.” (Cita de una mujer)

“De más pequeña me exploré cosas pero era más como una exploración que un disfrute en sí.” (Cita de una mujer)

 Casi siempre tendemos a masturbarnos de la misma manera, en la misma pose con los mismos movimientos y con fantasías recurrentes y aunque me consta que tiramos mucho de la imaginación para excitarnos, otras muchas también vemos porno y en menor medida fotos. La mayoría dice llegar al orgasmo en la masturbación solo acariciándose el clítoris y sin necesidad de penetración.

Es un orgasmo rápido y fácil, corto e intenso y no necesita de gran exploración interna. Está demostrado que el clítoris es el originador del placer sexual en las mujeres y, debido a sus dimensiones, con la penetración se puede llegar a estimular también y hacer llegar al orgasmo; pero la forma más directa de llegar es con la estimulación del glande clitorial.

Existe una malentendida realidad que divide los orgasmos en clitoriales y vaginales y que de algún modo, siempre ha dado más importancia o validez a los segundos. Como si existieran categorías y ránkings en los orgasmos debido a cómo llegamos a ellos. Éste ha sido otro de los condicionantes para que muchas mujeres se sientan “menos capacitadas” para tener orgasmos ya que si no consiguen tener orgasmos vaginales, se consideran que de algún modo no están bien o les falla algo.

Hay que tener en cuenta que vivimos en una sociedad falocéntrica en la que la sexualidad de la mujer ha estado y aún está muy subeditada a satisfacer la del hombre; así que si con la penetración no se llegaba al orgasmo, una mujer podría ser considerada “defectuosa”.

“Cuando me masturbaba con el pene de plástico nunca me lo metía, eso no me daba placer, siempre me corro cuando estimulo el clítoris, es lo único que toco y lo que más me gusta.” (Cita de una mujer)

Coordinadora de equipo en Somos Peculiares.
Terapeuta especializada en temas de género, sexualidad y parejas.
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