Que comer es un placer es algo indiscutible. ¿Quién se ha resistido y no ha disfrutado del pe(s)cado de la gula? Hay incluso quienes ni siquiera pueden prescindir a ver comer a otros. Prueba de ello es Park Seo-yeon, una surcoreana de 37 años que gana más de 9.000 dólares al mes por grabarse comiendo cada noche gracias al fenómeno mok-bang, una tendencia que consiste precisamente en darse un generoso festín mientras miles de personas lo ven mediante streaming. El ansia por comer es tal que hay quienes, como Mary Eberstadt, investigadora de Hoover Institution en la Universidad de Stanford, se preguntan sobre si la comida es el nuevo sexo –entiendo que del que se practica–. ¿Pero por qué elegir en vez de disfrutar de ambas? ¿Incluso de ambas a la vez? Esto es precisamente lo que se propone desde el fiderismo: disfrutar de las voluptuosidades de la carne –literalmente–.
Periodista de profesión, sexólogo de vocación e investigador en formación.
Especializado en TRICs, sexualidad y diversidad sexual.