¿Sabías que hay quienes se excitan dando de comer a otros?

Que comer es un placer es algo indiscutible. ¿Quién se ha resistido y no ha disfrutado del pe(s)cado de la gula? Hay incluso quienes ni siquiera pueden prescindir a ver comer a otros. Prueba de ello es Park Seo-yeon, una surcoreana de 37 años que gana más de 9.000 dólares al mes por grabarse comiendo cada noche gracias al fenómeno mok-bang, una tendencia que consiste precisamente en darse un generoso festín mientras miles de personas lo ven mediante streaming. El ansia por comer es tal que hay quienes, como Mary Eberstadt, investigadora de Hoover Institution en la Universidad de Stanford, se preguntan sobre si la comida es el nuevo sexo –entiendo que del que se practica–. ¿Pero por qué elegir en vez de disfrutar de ambas? ¿Incluso de ambas a la vez? Esto es precisamente lo que se propone desde el fiderismo: disfrutar de las voluptuosidades de la carne –literalmente–.

El fiderismo –importante no confundir con el fideísmo, que se trata de la tendencia teológica apuesta especialmente por la fe en detrimento de la razón para conocer las verdades divinas– es una peculiaridad erótica que consiste en buscar la excitación a través de la comida. Y aunque pueda ser a través de cualquier manjar, habitualmente no es a través de cualquier cantidad, porque está estrechamente ligada con la erótica de la obesidad y, por tanto, con grandes fuentes y banquetes de la misma. Pero a diferencia de esta, que simplemente se trata de una atracción erótica hacia mujeres u hombres con sobrepeso, el fiderismo va más allá, porque tal y como indica el verbo inglés del que ha adquirido su nombre –feed–, se trata de una acción. O de dos, mejor dicho: de la acción de alimentar y de la acción de ser alimentado. Es decir, de un juego alimenticio para dos o más jugadores.

Como cualquier juego –sea o no erótico–, el fiderismo tiene sus reglas. La principal es que sea una práctica consensuada. Partiendo de esa base, para poder jugar hay dos roles diferenciados: el cebador –o feeder–, que es quien alimenta a la otra persona, y el cebado –o feedee, que es quien acepta serlo. En gran medida, esto implica una relación de dominación por parte del cebador –que suele ser varón– y de sumisión por parte del cebado –que suele ser mujer–, de ahí que haya quien lo integre dentro del abanico BDSM.

Una de las webs más populares que agrupa a los amantes del fiderismo es Fantasy Feeder. A través de ella se pueden conocer las historias de quienes lo practican, así como abrir perfiles para conocer a gente que comparta deseos compatibles respecto al fiderismo.

Aunque la erótica de la obesidad ha estado presente a lo largo de la historia, el término fiderismo –feederism, en inglés– tuvo su origen en la comunidad gay norteamericana y, más concretamente, en los rituales seguidos en la cultura fetichista de la obesidad. Sin embargo, a día de hoy algunos círculos únicamente lo utilizan para referirse a esta peculiaridad cuando se da en el marco de una relación heterosexual –en el caso de que fuera homosexual, se hablaría de gaining, aunque no es lo mismo–.

Según Eberstadt, de la Universidad de Stanford, el auge de la comida como foco de placer e incluso como foco de placer hedónico puede estar relacionada con la obsesión por conseguir el cuerpo perfecto: en la medida que las dietas seguidas con más o menos rigor se han convertido en norma, comer se ha transformado en la última trasgresión y las trasgresiones suelen atraer a los deseos del mismo modo que la miel a las moscas.

Antes de terminar baste mencionar que el fiderismo no es la única peculiaridad relacionada con la erótica de la obesidad. Entre otras, también son reseñables el engorde hedónico, que proviene del participio inglés gaining y que, en resumidas cuentas, es como el fiderismo salvo por el hecho de que es un juego de uno –es decir, generalmente buscan hacerlo solos, aunque puedan desear sentirse animados por un admirador–, y el relleno hedónico, traducción del sustantivo inglés stuffing que consiste en alimentarse hasta lograr un abdomen hinchado que presione hacia abajo los genitales produciendo así una sensación estimulante a algunas personas. Pero sobre estos asuntos ya discurriremos en otros artículos. Mientras tanto, no seáis tan ansiosos –o sí–.

EBERSTADT, Mary, “Is Food the New Sex?”, Hoover Institution 2009, https://www.hoover.org/research/food-new-sex
Golfxs con Principios, “Parafilias: fetichismo de la gordura (fat fetishism)”, 2008, http://www.golfxsconprincipios.com/lamoscacojonera/parafilias-fetichismo-de-la-gordura-fat-fetishism/
Fantasy Feeder, http://fantasyfeeder.com/
Periodista de profesión, sexólogo de vocación e investigador en formación.
Especializado en TRICs, sexualidad y diversidad sexual.
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