Cómo se ha simbolizado y explicado la menstruación a través de los cuentos clásicos

Los cuentos siempre han sido un recurso ideal para introducir en el imaginario popular conceptos sobre qué es el bien y el mal. Enseñanzas sobre las relaciones o sobre qué aspectos es importante que recaiga nuestra atención si queremos ir por el buen camino.

A día de hoy, hemos relegado mayoritariamente los cuentos al ámbito infantil; sin embargo, durante siglos han sido la única vía para llegar a las masas (en su mayoría analfabetos), y darles unas bases de educación.

Esto es lo que ha pasado durante siglos con la menstruación. Un tema tabú del que ha sido y es difícil hablar abiertamente, y es por ello que la tradición oral se ha encargado de envolverlo de fantasía y simbolismos para poder explicarlo a través de cuentos. 

Quizá Disney y el cine de Hollywood hayan difuminado a día de hoy el poder de los cuentos y las historias para hablar a las niñas sobre ello, pero es importante recordar que estas ficciones han conservado muchos simbolismos de antaño que aún podemos desgranar. 

Es el caso por ejemplo del uso de los colores. En muchas ocaciones los cuentos en los que aparecen jovenes doncellas y se las relaciona con un elemento de color rojo, suelen estar relatando algo que tiene que ver con la regla y el tránsito de la infancia a la adolescencia. 

Los ejemplos que os traemos están centrados en la literatura Europea, ya que, aunque hemos estado investigando mucho al respecto, de momento, no hemos sido capaces de encontrar cuentos o historias de otras partes del mundo que nos hablen de manera tan mágica sobre este tema. 

Lo que sí hemos encontrado y nos parece importante resaltar es que en el mundo de la religión el tabú era y es aún mucho mayor. Por ejemplo el Corán dice lo siguiente: “Absteneos las mujeres mientras dure (la menstruación) y no vayáis a ellas hasta que estén puras” Corán 2:222. 

También la Biblia, en el Levítico 15, hace una referencia nada positiva hacia la regla: “Cuando una mujer llegue a su menstruación, quedará impura… Todo el que la toque quedará impuro hasta el anochecer. Deberá lavarse la ropa y bañarse y quedará impuro hasta el anochecer”.

Basándonos en estos enunciados, deducimos que quizá el ámbito religioso tuviera un peso importante a la hora de decidir comenzar a tapar la menstruación con fantasía y simbolismo ya que por mucho tabú que hubiera al respecto, había que poner de manifiesto que existía.

Para profundizar un poco en el tema, hemos escogido algunos de los cuentos clásicos más típicos que comparten esta temática.

 

  • CAPERUCITA ROJA

 

Todos conocemos la historia de la niña que con su caperuza roja se dispone a atravesar el bosque para llevar comida a su abuela y a la que alertan de la existencia del lobo del cual debe protegerse. 

El simbolismo es súper evidente en este relato. El primer elemento a tener en cuenta es la propia caperuza y sobretodo su color. Hablamos de una niña que deja atrás su infancia pasando a ser mujer con la llegada de su primera menstruación. 

El día en el que la madre le regala la caperuza, se dispone a llevar comida a su abuela enferma bajo las estrictas advertencias de que debe tomar el camino “correcto” en el cual no se encontrará con el lobo que simboliza en este caso la tentación hacia todo lo malvado o desconocido. 

En las primeras versiones, el objetivo era convencer a las jóvenes que pasaban a ser mujeres para que tuvieran el máximo respeto, incluso miedo por la sexualidad dándoles a entender que si no seguían las directrices de sus padres, si decidían explorar lo desconocido, muchas cosas malas les podrían pasar.

A estas alturas nosotras nos preguntamos si ¿es lo bueno lo correcto? ¿Es lo correcto lo que se espera de nosotras o lo que necesitamos para que nuestra vida sea lo más plena posible? ¿Es el lobo el peligro? O por el contrario, ¿el lobo es la libertad?

El lobo a nuestro parecer representaría la intuición, esa vocecilla de dentro a la que hemos aprendido a no hacer mucho caso y la que intenta introducirnos en el bosque sacándonos del camino marcado. 

La madre, el leñador y el camino correcto son las trampas del sistema para mantenernos sometidas a su voluntad y que no corramos, como lobas, hasta el interior del bosque, nuestra esencia, a encontrarnos a nosotras mismas, a gobernar nuestra propia oscuridad, nuestro poder y nuestra fuerza.

 

  • BLANCANIEVES

 

En el caso de Blancanieves, la simbología que representa la menstruación sería la manzana roja que la bruja (la intuición, la sabiduría interior) ofrece a Blancanieves y ella muerde cayendo en un profundo sueño del que solo despertará con un beso de amor del príncipe. 

Es una alegoría a la menarquia. En la versión Disney, se convierte a esta intuición en una bruja malvada que tiene envidia de Blancanieves y por eso la envenena; pero por suerte sabemos que el papel de bruja ha sido muy malinterpretado y ha recibido connotaciones mucho más negativas de las que originalmente tenía. 

En este caso, se nos dice que Blancanieves, después de morder la manzana que simboliza el inicio de la menstruación; es mejor que permanezca adormilada y no escuche a su intuición hasta que aparezca el encantador príncipe del que se enamorará tras un primer beso que por otro lado no es ni consentido. Pero, si ignoramos el mensaje patriarcal y limitante al más puro estilo Disney, ahí están: la intuición y la menstruación, juntas de nuevo. La bruja no es malvada, asusta porque sabe. Y quiere que Blancanieves sepa.

 

 

  • LA BELLA DURMIENTE

 

En este cuento aparece una vez más el personaje de la bruja (intuición, sabiduría interior o hechicera), que maldice a la bella, inocente y sobreprotegida princesa. También el color rojo es protagonista aunque esta vez no esté tan escondido, ya que se alude directamente a la sangre. 

Se habla de un hechizo que Maléfica la bruja, lanza sobre Aurora, la tierna jovencita y que tendrá lugar cuando cumpla 16 años (edad simbólica para marcar el paso de niña a mujer). Se dice que la princesa se pinchará con una rueca que la condenará a dormir hasta que un príncipe encantador aparezca para despertarla, dándole una vez más un beso de amor no solicitado y con el que la salvará y hará suya por el derecho que le otorga la profecía de la bruja. 

De nuevo, la menarquia o menstruación se esconde tras las gotas de sangre roja que brotan del dedo de Aurora al pincharse con la rueca y caer en un profundo sueño. Y de nuevo la joven que cae en un letargo en el momento en que le baja su primera menstruación hasta que es salvada por un príncipe.

 

  • EL MAGO DE OZ

 

¿Todxs tenemos en mente los zapatos rojos rubí de Dorothy en este cuento clásico de L.Frank Braun e interpretado en el cine por Judy Garland? Recordemos que aquí está presente también la bruja, la intuición, el aviso del cambio. 

Un gran tornado lleva su casa entera (podemos entender que la casa representa el cuerpo de Dorothy) a un mundo completamente diferente, en el que se siente, quizá un poco desorientada. Un mundo que ha de transitar con sus zapatos rojos, que tienen ese punto mágico (la regla se asocia a la intuición, a la hechicera, la bruja). 

Un mundo que a la protagonista del Mago de Oz le queda grande. Un camino en el que se juntan los peligros y el placer, la magia y la realidad, la luz y la sombra: la vida misma. Dorothy va dejando atrás la inocencia, la vida bajo el ala de su tía Em y su tío Henry, para tener que ir sorteando sola las dificultades que el camino de baldosas amarillas le va ofreciendo. 

Es una historia en la que vemos de manera clara ese “transitar” entre la inocencia y la candidez, la fantasía y la ternura, y la realidad, las sombras y el tener que enfrentarse sola a los problemas.

Así vemos que, en el mundo de los cuentos la simbología para la entrada al mundo adulto para las mujeres se hace a través de un objeto importante en el relato que hereda o recibe y que habitualmente es de color rojo; color que remite directamente a la sangre, y se contrapone al blanco asociado a la infancia y que se relaciona con los dientes de leche. 

En los cuentos aparecen siempre distintos arquetipos o personajes que simbolizan prácticamente siempre las mismas cosas. Así mismo ocurre en el ciclo menstrual. Hablamos de 4 fases cíclicas y 4 arquetipos cada uno de ellos para una de las fases que ayudan a interpretar mejor la naturaleza de cada fase. 

Es interesante señalar también cómo la mayoría de los cuentos que hemos consultado aluden a las estaciones como simbología para explicar esas cuatro mujeres en una que somos: Invierno (menstrual), primavera (preovulatoria), verano (ovulatoria), otoño (premenstrual); recurso poético muy claro para la infancia.

Estos relatos hablan todos ellos del deseo que empieza a nacer de la intuición femenina y la connotación perversa que la sociedad le ha dado. Si buceamos un poco más en todas estas historias, encontramos indicios de exhibicionismo, violación y voyerismo; elementos todos ellos considerados negativos y evidentemente muy distantes de lo que se espera de la inocencia femenina pero que sin embargo son acontecimientos que envuelven su realidad y es necesario conocerlos ya que ayudarán a enfrentarse a los problemas que conllevan.

Fisioterapeuta experta en sexología y suelo pélvico.
Especializado en minorías eróticas y su análisis en la cultura popular y medios.
Coordinadora de equipo en Somos Peculiares.
Terapeuta especializada en temas de género, sexualidad y parejas.
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