Por entonces se creía que gracias a los ancestros y a los componentes de esta bebida, el PH de la mujer se cambiaba favorablemente para que tuviera un varón, por el nivel de azúcar en sangre. Los orígenes de este ritual afrodisíaco, sin embargo, se sospecha que provienen de la antigua Babilonia.
La historia del hidromiel ha pasado por muchas culturas, desde la griega hasta la romana o la celta. Sin ir más lejos, en la Grecia clásica le llamaban melikraton, los romanos aqua mulsum y los mayas balché. En los países nórdicos, donde la producción de miel era mayor, los vikingos la producían con cornezuelo de centeno, que contiene altas dosis de ácido lisérgico –que también es la base de la droga sintética LSD–. Para ellos, esta era la que producía este milagro. Y aquí es donde se cree que se acuñó el término luna de miel. En esta tradición.
La hidromiel también se ha utilizado en otras culturas como bebida para ceremonias religiosas e incluso creían que tenían propiedades medicinales. Con el tiempo, esta fue siendo sustituida por el vino y la cerveza, hasta llegar a día de hoy, en la que no resulta un caldo tan conocido.
Existen métodos para prepararla en casa, aunque si no disponéis de los utensilios necesarios para su fabricación siempre os queda la opción de comprarla. Os dejamos el enlace a dos empresas que se dedican a su fabricación Valhalla y La Fragua.
Fuente: @peiobarondelabirra