Twerk: esto no va solo de mover culos

Para quien no lo sepa aún, Ester Ogando, aka @espi.twerk es una mujer adulta cuya capacidad de agencia y empoderamiento se pusieron en tela de juicio desde una mirada paternalista: “el feminismo de bien”. El feminismo de las “mujeres dignas y no denigradas”, es decir, de las que tienen cierta fobia a la corporalidad, concluyó que ella no debía dar clases de Twerk.

Muchas voces se han alzado ante lo sucedido, pero no quiero volver a contar las miserias de la historia. Quiero recordar y dejar por escrito que Espi no perrea sola.

Historia de una lucha

No voy a mentiros, esto no es la historia de una victoria. Sin embargo, quiero ilusionaros, porque considero que es la historia de una lucha. De una lucha viva, que sigue, que palpita y que, si no olvidamos nunca, ni la compañera ni nadie tendrá que lidiar sola. 

Si el Conejo Malo hubiese sabido lo que sucedería meses después del lanzamiento de su single en pleno confinamiento, seguro que lo hubiese reformulado y titulado así: Espi no perrea sola.

Invisibilizar, esconder y silenciar a las “malas mujeres” no es nada nuevo. Disfrazarlo de feminismo y decirnos que es por nuestro bien, lamentablemente, tampoco. Cuando estos discursos aparecen, recordemos: “Ni un paso atrás, ¡ni para tomar impulso!".

¿Acaso llevamos el tiempo que llevamos guerreando en nuestro entorno para que ahora nos digan que el Twerk está mal? ¿Nos hemos peleado hasta con nuestras familias puritanas y amistades mojigatillas para que vengan y nos digan que no se puede lucir así o asao en un cartel? No, mi ciela, no. Si nos molestan a una, nos molestan a todas. 

El twerk no es solo para mujeres

Hablo todo el rato en femenino, aunque quienes compartimos este baile sabemos de sobra que todos los cuerpos y todas las identidades tienen cabida en él, porque somos nosotras a quienes se nos pone desde fuera en el punto de mira. En cuestionamiento por querer expresarnos desde estos ritmos y de estas maneras. 

No nos engañemos. No es problema de Espi y sus alumnas. Porque no es que unas chicas en Galicia dejen de tener sus clases y que la profesora pierda esos ingresos, cosa que a mí personalmente me parece ya un tema bastante serio. Es que públicamente se ha puesto el Twerk en tela de juicio. Se ha deslegitimado como posible baile a enseñar, al menos, con fondos públicos. 

Pero ojo, que con los bailes “agarraos” en cuyas clases nos suelen decir que “los chicos son leaders y las chicas son followers” no pasa nada. Al parecer, la perpetuación del estereotipo del hombre como figura dominante incluso en el baile es menos lesiva que nuestros cuerpos perreando hasta abajo. Yo empiezo a pensar que realmente lo que incomoda es que somos una invitación a hacer lo que te plazca indistintamente de tu cuerpo y tu identidad, y eso es un poco raruno y difícil de digerir aún.

Orígenes del twerk

En este contexto, creo que es un momento para reavivar los orígenes del Twerk, de conectar con la necesidad de aunar revoluciones internas y externas. Es necesario que tomemos conciencia de la gravedad de la limitadísima lectura que se ha hecho de este baile que tanto nos ha dado y que dejemos claro que no, que Espi no perrea sola.

A mí personalmente el Twerk me ha hecho crecer. Me ha hecho quererme. El Twerk me ha fortalecido física y mentalmente. Me ha dado herramientas para no sentirme pequeña en público y para gestionar mi ansiedad y lo que es más importante aún, el Twerk me ha hermanado como nada antes.

Pocos espacios tienen la capacidad para crear unión hoy en día, y nuestro baile es uno de ellos. Cuando voy a clase, más que en ningún otro entorno, y elijo seguir hablando en femenino por visibilizar a quienes se nos problematiza, no siento que tenga competencia, tengo compañeras y maestras. Aprendo tanto de mi profe Jack Gómez, como de mis compis con su ejemplo. Da igual si bailamos al mismo ritmo en coreo, si estamos de free o si incluso estamos batallando, la unión en el ambiente se palpa cuando se trata de Twerk.

Demostremos qué hemos aprendido y qué hemos integrado. Porque como bien sabemos, esto no va de mover culos. Esto no va ni de mover culos y brazos y piernas. Esto va de unirnos y liberarnos. Esto va de nutrirnos y fortalecernos. Por eso, avisamos desde ya, mundo, que vamos a seguir perreando. Espi va a seguir perreando. Porque Espi no perrea sola.

Sexóloga, Técnica de Igualdad y Técnica en Intervención Psicosocial.
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