Creencias sobre el sexo que debes dejar atrás

Todavía hoy nos encontramos con creencias limitantes de cómo ha de ser un encuentro sexual satisfactorio. Aún tenemos en la cabeza esa idea de que existe una manera de follar bien y otras de hacerlo mal.

En parte por las infinitas guías que nos han ido dejando personas que no son profesionales de la Sexología y que más bien hablan de “cómo hacerlo” en vez de dejar espacio para la autoexploración, para descubrir el propio deseo y la forma de “bailar particular y única entre los amantes”. 

Es decir, y volviendo a la metáfora del baile, nos dicen cómo bailar y no nos dan espacio para aprender un baile propio con nuestra pareja. Para descubrir qué le gusta o cómo le gusta al otro. Para pedir y escuchar. 

Y una vez que entendemos que el sexo no es una guía o unos pasos a seguir en cada encuentro, nos damos cuenta de que no es aprender a follar, es aprender a sentir, dejarse llevar, fluir con el otro.

Por eso hoy queremos dejarte algunas afirmaciones en positivo que te ayuden a construir tu propia erótica sin juicio. 

El sexo sin orgasmo no es un fracaso, es una experiencia

No necesitas un orgasmo para disfrutar de un encuentro. De hecho, hay encuentros que se inician en un espacio público y que se quedan en besos o en tocamientos, y que aunque no tengan de un orgasmo son sumamente satisfactorios. 

Seguro que te vienen a la cabeza millones de escenarios, porque quién no ha recordado aquella vez que simplemente te besaste con alguien en una discoteca o en medio de la calle o en un ascensor... como uno de los encuentros más excitantes. No hubo orgasmo, pero fue toda una experiencia, ¿verdad?

El sexo no necesita de la penetración

Una de las creencias más limitantes que existen y que en más líos nos ha metido. Porque aquí pueden entrar “deberes” y obligaciones tanto para la persona con pene, como para la persona con vulva. 

Por qué, ¿qué pasa si no me gusta penetrar? ¿Si no se me pone dura? ¿Si no duro lo que me gustaría o lo que me han dicho que tengo que durar? O ¿Qué pasa si en ese encuentro no hay pene? ¡Ves! Existen miles de escenarios diferentes en los que la penetración no es importante o al menos debería de dejar de serlo. Porque esta idea no hace más que limitar nuestra erótica y nuestro placer. 

El único objetivo del sexo es disfrutar, no el orgasmo

Ésta tiene relación con la primera afirmación, pero aquí hablamos de objetivos. Hay quien todavía inicia un encuentro erótico con el objetivo único de correrse. Lo que coloca a la persona con la que se está compartiendo más bien en objeto y no en sujeto. Como si fuera un utensilio que le ayudará a satisfacerse y no tanto para compartirse. Y esto no es precisamente sinónimo de disfrute.

Ambos somos responsables de darnos placer mutuamente

Y es que creemos que la responsabilidad de nuestro propio placer recae única y exclusivamente en el otro y no es así. Es un compartir. Un compartirnos. Y eso quiere decir que ambos tenéis responsabilidades. Como ya te contamos en las redes, en cualquier encuentro hay compromiso. Compromiso a gozar y a hacer gozar.

Las parejas felices no tienen por qué tener sexo todos los días

Hay quien todavía cree que follar más es igual a mayor felicidad en una relación. Y nada tiene que ver con la cantidad, si no con la calidad de esos encuentros. Y sobre todo, con el hecho de que nos apetezcan estos encuentros. 

Es más, hay parejas que por circunstancias “x” no pueden practicar sexo a diario y son sumamente felices. Circunstancias que tienen que ver con distancias, privacidad, espacios, cuerpos, discapacidades... La felicidad en relación no tiene que ver absolutamente con “la cantidad del sexo” que se practique.

Ambos podemos iniciar un encuentro

¡Absolutamente! No tienes porqué esperar a que el otro active tu deseo constantemente. A menos que lo que te ponga sea precisamente esto, que te busquen… pero aquí ya entramos en otros líos y en temas de peculiaridades eróticas que iremos explicando en otros artículos.

La activación del deseo puede ser mutua. Puedes buscar, demandar y activar el deseo del otro cuando quieras, no es solo su responsabilidad. Luego está el hecho de que  ese deseo se corresponda o no. Pero iniciarlo… puedes hacerlo tú. 

Aunque estés en una relación puedes masturbarte

El tema de la masturbación sigue siendo algo que preocupa a las parejas y mucho. Pues aún creen que la activación del deseo propio suprime las ganas del deseo compartido y ¡nada que ver! Son experiencias completamente diferentes que pueden o no ir de la mano.

Todavía hoy hay mucho tabú con este tema y muchos códigos románticos que han construido esta idea que tenemos de que cuando alguien se masturba estando contigo no te quiere… Si te interesa el tema podemos hablar de ello en otro artículo. Coméntanoslo por las redes sociales o escríbenos un correo a equipo@somospeculiares.com

Melanie Quintana Molero @somospeculiares
Melanie Quintana Molero
Sexóloga clínica y periodista, especializada en divulgación de la sexualidad y terapia sexual. Directora y coordinadora de equipo en Somos Peculiares.
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