¿Eres consciente de lo que implica ser feminista?

Ante la ola feminista que vivimos, y después de vivenciar varios temas relacionados con ello, me planteo una pregunta y es la siguiente: ¿Cómo afecta el femistómetro a la lucha? Me explico.

Nos llueven a diario por todos lados, redes sociales, círculos de amistad, libros, revistas, charlas... opiniones e información que puede llegar a ser contradictoria sobre lo que se supone que implica ser feminista. Actitudes o cosas que se supone que una feminista hace, dice o piensa. 

Podemos llegar a sentir cierta presión por parte del feminismo teórico al vernos de algún modo obligadas a cumplir unos estándares que aunque no sea de forma implícita, nos hacen sentir que no somos suficientemente feministas si no los cumplimos. Y esa presión se nota y es evidente. Yo la veo y la he padecido y resulta que al tratar el tema con varias personas, coinciden conmigo y ésto me da miedito y me preocupa a partes iguales porque para empezar; esta idea no cumple con el concepto BÁSICO o que al menos yo considero básico de los feminismos que es la Sororidad.

Partiendo de la base de que cada persona es distinta con una realidad y unas vivencias diferentes y nos encontramos en circunstancias que nada tienen que ver con las del resto; así mismo, cada una entendemos este movimiento y esta lucha de manera diversa  aunque siempre haya unos nexos de unión.

Desde mi punto de vista, uno de los mayores problemas dentro del feminismo o feminismos es que hay muchas ideas contrapuestas y siempre hay quien pretende imponer las suyas como únicas o definitivas. Por ejemplo; habrá quien diga que maquillarse es una imposición del patriarcado y está mal, que vestirse con ropa sexy es cosificar a la mujer, que depilarse es ceder a las imposiciones machistas que nos acompañan desde crías… Y habrá quien opine lo contrario no por eso dejando de considerarse feminista. 

Todo esto sin contar las que opinan que tal o cual persona no puede ser feminista u opinar de feminismos ya sea porque no tiene vagina, porque el sexo  o el cuerpo con el que nació no coincide con cómo se siente o cualquier otro argumento vano para descatalogar la lucha del resto. Es agotador, contraproducente y poco real pensar en cumplir una cantidad ingente de requisitos para considerarse feminista. Como bien dice mi amiga y hermana Rocío: “No llevar el feminismo como un tema abierto a discusión e interpretación es un error fatal.”

Para mí, lo importante y primordial es la conciencia de nuestros actos y sobretodo de saber hacia que flancos vamos a enfocar nuestra lucha o luchas. Es decir; ser consciente de lo que implica ser feminista, de lo que conlleva y de lo que estamos dispuestas o nos vemos capaces de hacer. Tomarnos el feminismo más como política de lo personal y emocional y menos como dogma. 

Con esto no digo q no sea importante ni necesario contar con un marco teórico que ayude a comprender el porqué de la lucha. Todas esas situaciones de violencia hacia la mujer que se han perpetrado y se continúan llevando a cabo, que de alguna manera estructuran el mundo en el que vivimos y que tanto recibimos como reproducimos; es muy importante conocerlas ya que, sabiendo de ellas podemos entre otras cosas, cuidarnos de no repetirlas. 

Tratar de enseñar sobre feminismos de una manera global como si existiera una única realidad, no sirve más que para radicalizar lo que algunas creen que es mejor y para  sentirse por encima del resto construyendo jerarquías verticales dentro del movimiento al más puro estilo patriarcal. Y entonces, como dice mi amiga Norma, es que algo estamos haciendo mal.

“Feminismo de boca para afuera pero no de corazón para adentro: Mal”. Felina dixit

Para mí, la cuestión feminista tiene más que ver con hacer política la reivindicación de nuestros derechos, nuestros espacios, nuestras decisiones y nuestros cuidados individualmente que no con toda esta teoría aprendida y que nos disgrega más que unirnos. Si una persona, por el motivo que sea no conoce, no quiere o no puede tener en cuenta las teorías feministas, lo peor que podemos hacer como colectivo y como seres sororos que somos o decimos ser; es demonizarla, atacarla o menospreciarla porque esos comportamientos nos demuestran cuan poco alejadas estamos en realidad del sistema patriarcal del que tanto pregonamos huír.

En la lucha feminista, cada una debería marcar sin juicio externo alguno el nivel de exigencia o implicación que quiera; y éste a su vez no tiene porque ser inmóvil. Me explico. Si en un determinado momento de la vida vemos que, individualmente, podemos ir adelante con varias luchas simultáneas, pues adelante; pero si no, NO PASA NADA. Como muy bien dice mi querida Aurora:  

“Entender una opresión, no tiene por que significar que en este preciso instante de mi vida yo pueda sostener emocionalmente enfrentarme a ello.Una cosa es lo que has conocido y sabes y comprendes y otra lo q puedas reproducir”

Como súmum de ésta reivindicación, considero el vivir conscientemente y en consecuencia. Tratar de ver qué nos gusta y que no de nuestra vida y en todo caso,hacer algo por mejorarla. Buscar la libertad de construirnos como las mujeres que queremos ser (cada una con lo suyo, que ya es) y no como nos han dicho toda la vida que las cosas eran; cortadas a gusto y patrón del patriarcado. ¿Si nos dedicamos más a decirnos unas a otras que está bien y que no para ser feminista que estamos haciendo sino reproducir lo que toda la vida hemos mamado en vez de construir algo nuevo, diferente y diverso juntas?

Foto de Lara Santaella
Coordinadora de equipo en Somos Peculiares.
Terapeuta especializada en temas de género, sexualidad y parejas.
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