La fruta prohibida
Nuestro primer encuentro fue tan de otro mundo… Cómo nos hablamos sin poder mirarnos. Éramos dos grandes desconocidas descubriéndonos muy cercanas. Cómo nos sentíamos al calor la una de la otra. Acompasando las embestidas sin saber que aquello nos atraparía… Tus manos sujetando firmemente mis caderas. Algún que otro manotazo que sacó sollozos de lo …