Susana Maroto, Landaize
Vas caminando por una calle muy concurrida de la ciudad a paso ligero. Coincides a la misma altura y al mismo ritmo de paso varios metros con alguien… ¿Qué pasa?
La primera mirada es para sexuarle: ¿es una mujer?, no, es un hombre. Miras su rostro, sacas conclusiones…
Me gusta, no me gusta…
Todo pasa en milésimas de segundo, nuestro cerebro decide: hombre y me desagrada; cultura de la violencia machista.
¡Salgo pitando!
Nuestro cerebro toma decisiones precipitadas, analiza las variables con la información de que dispone. La variable miedo está cada vez más presente en la vida de las mujeres, ¿por qué? ¿qué está pasando?
El miedo nos hace pequeñas, indefensas y aniquila nuestra libertad de hacer una valoración conveniente y ajustada a lo que nos va bien, teniendo y entendiendo por “bien” también, el valor de las apetencias, los deseos e incluso las consecuencias de las decisiones tomadas.
Todo va rápido, sigues caminando mientras vas pensando…
¿Y si aprovechando el tumulto y la velocidad del gentío me posiciono a la altura de un hombre atractivo (apetecible) y circulo junto a él? (Risa interna)
Lo hago, al de unos metros se da cuenta e intercambiamos miradas, enseguida sonrisas y finalmente carcajadas…puede resultar ridícula la acción, pero es una transgresión benévola. Cometida por una mujer hacia un hombre suele ser bien recibida, no al contrario.
Hoy en día ser hombre hetero y poco agraciado es más desgracia que nunca, no sólo a los ojos del deseo sino en la misma cara del miedo.
“El miedo va a cambiar de bando.”
Eslogan desafortunado. ¿Quién desea que le teman?
El miedo es una respuesta de supervivencia ante una situación límite que en ocasiones nos provoca una acción violenta. A veces vemos fantasmas, quitas la sábana y no hay nada que temer; encuentras una situación trivial y dos seres vulnerables a los que el pánico y la creciente normatividad social de lo íntimo les ha llevado a reaccionar como se debe… y de pronto se encuentran rodeados de sirenas de policía, denuncias y juicios a la vista…
Sí, algo está cambiando.
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