En una sociedad donde la cultura se ha hecho deporte y el deporte, cultura, para muchos el éxito en la vida pasa por el culto al cuerpo. Pero no a cualquier cuerpo, sino a uno hipermusculado. Esto, por supuesto, tiene sus consecuencias. Una de ellas son las infinitas horas de gimnasio: ¡No pain, no gain, brother! Otra, parecer un pez globo a punto de explotar. Pero lo que ya no hace tanta gracia a los culturistas –y que a muchos, incluso, les pilla de sorpresa– es la ginecomasia. ¿Que qué ovarios es eso? El crecimiento de los pechotes.
Periodista de profesión, sexólogo de vocación e investigador en formación.
Especializado en TRICs, sexualidad y diversidad sexual.