¿Por qué llamarlos consoladores?

Al escuchar esta palabra a todos nos viene una misma imagen a la cabeza: algo que se asemeja a un pene. Pero ¿os habéis planteado alguna vez por qué se llaman consoladores? Pensadlo un segundo. 

Estos juguetes que nos dan tantas alegrías y placeres, nos dan a entender al llamarlos consoladores una información que poco o nada tiene que ver con la realidad. ¿Por qué llamar consolador a algo que no consuela? 

No hace tantos años que la sexualidad de la mujer estaba supeditada al placer del hombre y, de hecho, ni se consideraba que las mujeres pudieran o debieran sentir placer. Es en estos momentos cuando se recurría a estos juguetes para “consolar” esa necesidad que de otra manera no podía obtenerse.  

Hoy en día esto ha cambiado (y por suerte lo sigue haciendo), es por eso que creemos que ahora se siguen llamando así por pura costumbre, porque ya que son fruto de tan buenos ratos, ¿por qué seguir llamándolos así?

Antes se llamaban consoladores

La palabra consolador está unida a un tiempo en la historia muy concreto. Hablamos del siglo XIX, un tiempo donde se decía que las mujeres sufríamos de histeria, una enfermedad que supuestamente atacaba a nuestros nervios y nos hacía distanciarnos de nuestra naturaleza tranquila y sumisa.

Por aquel entonces ir a consulta para aliviar los síntomas de esta supuesta enfermedad era de lo más común entre la burguesía. Lo gracioso es que el tratamiento consistía en masturbar a esas mujeres para que tuvieran orgasmos. No es que fueran sabiendo a qué iban, pero esto era lo que pasaba. 

Ahora bien, imaginaros lo que suponía masturbar durante más de 8 horas a diferentes mujeres. La mano dejaba de ser de este mundo… como bien se puede ver en la película Hysteria en la que se ve justamente este apartado de la historia. 

Es precisamente por esto, que el médico inglés Joseph Mortimer Granville a finales de 1880 inventa el vibrador eléctrico. Un dispositivo que en un principio estaba diseñado para aliviar dolores y molestias musculares. En concreto, para aquellas mujeres que sufrían de histeria. 

Ahora usar esta palabra tiene otro significado

Lo que nos trae de nuevo al ahora, donde gracias a la cada día más presente educación sexual el mundo se ha dado cuenta de que estos juguetes no son/sirven para el consuelo de las mujeres, sino que son una herramienta para dar placer a las parejas, mujeres u hombres. Pues se pueden utilizar individualmente, como ser compartidos.

Es por eso que intentamos deconstruir el significado de la misma. Dar la información necesaria para que las personas entiendan el origen de este término y tengan recursos para utilizar otros que no tengan este doble significado.

No necesitamos consuelo, necesitamos placer

Como decíamos ya al inicio, no se trata de consuelo si no de placer. Y tampoco se trata de dárnoslo solas, en privado o escondidas, si no que, hoy en día, sabemos que los juguetes pueden darnos mucho juego ya sea en pareja o en solitario. 

Existe además una gran variedad de juguetes que se adapta a todos los gustos, colores, tamaños y prácticas y que pueden incluso despertar nuestras más insospechables fantasías porque, como siempre decimos, existen tantas formas de vivir y gozar de la sexualidad como personas hay en este mundo, y no hay nada como la libertad que da la posibilidad de explorarlo.

El placer es ese básico en la vida de cualquier persona que durante muchos años se ha obviado o dado por hecho y que, por otro lado, es súper necesario tener en cuenta. Es como esa camiseta que todas tenemos y que sirve como comodín, pero que muchas veces se nos olvida comprar y que en el momento que la necesitamos, echamos de menos.

¿Por qué llamarlos juguetes eróticos y no juguetes sexuales?

Aquí deberíamos empezar por explicar por qué preferimos hablar de encuentros eróticos y no sexuales. Hablar de erotismo, es sinónimo de hablar de nuestro placer, de cómo llegar a él, de qué nos lo produce y de con quién nos apetece hacerlo.

Puesto que cuando hablamos de follar o hacer el amor, son estos los motivos que nos mueven, creemos que es más lógico definirlo así. Por tanto, aplicaremos la misma lógica a los juguetes. 

Además, detrás del concepto sexual se esconden algunas ideas que todavía hoy tenemos en la cabeza, como la palabra preliminares o los encuentros coitocentricos, así como las obligaciones del orgasmo (entre otros), que hacen que el significado se limite más que las posibilidades que nos puede ofrecer un juego o juguete.

Tipos de juguetes eróticos

Hoy en día existen infinidad de juguetes eróticos con los que podemos disfrutar tanto en solitario como en pareja. El abanico de posibilidades depende del tipo de juego y de estimulación que estés buscando. Por ejemplo, si buscas algo que se centre solo en la penetración tienes diferentes tipos de juguetes para eso, o por el contrario, si buscas algo que sirva para estimular otras partes erógenas de tu cuerpo podrás buscar algo diferente. 

Es más, aquí nos gustaría añadir que, como siempre decimos, el límite es la imaginación; así que da igual el uso que supuestamente tenga el juguete que has adquirido. El uso que le des dependerá de ti. 

Por ejemplo, si te decides por un juguete succionador que de entrada serviría para estimular el clítoris (ya sea tuyo o de tu pareja), puedes usarlo solo para eso o tal vez también en tus pezones, en tu cuello, en la entrada del ano… 

Juguetes eróticos para jugar en pareja 

Como os decíamos al inicio del anterior punto, el juguete que elegiremos, muchas veces dependerá de si queremos usarlo a solas o en pareja y del tipo de juego y estimulación que busquemos para ese encuentro. 

Pero si lo que buscas es un juguete erótico que puedas usar en pareja, te recomendamos sin duda juguetes con un agarre más ergonómico o tal vez los que funcionan con mando a distancia o conectados a tu dispositivo móvil, ya que esto os dará muchísimo margen de movimiento y dinamismo. 

Incluso en este caso, podéis trasladar el escenario de juegos de la habitación a un espacio público, ampliando así las posibilidades de disfrute y vuestras propias fantasías. Seguro que de este modo conseguís salir de vuestra zona de confort y romper con la posible monotonía. ¡Las posibilidades son infinitas!

Juguetes eróticos para jugar solo/a

En este caso, la elección del juguete dependerá en gran medida de cuánto te conozcas, de que sepas lo que te guste y te haga disfrutar, de la intención que tengas al usarlo, del momento y la situación…

Es decir, no es lo mismo querer usar un juguete erótico relajada, con tiempo, para explorar y regalarte un rato a solas, que si buscas algo rápido con lo que satisfacerte en el menor tiempo posible.

Esto es primordial. Así que, una vez tengas claros los motivos por los que compras el juguete, el siguiente paso sería buscar aquel juguete que reúna el mayor número de requisitos que tienes en tu lista. Y como siempre decimos, que el juguete erótico se adecúe a ti y no al revés.

10 cosas a tener en cuenta cuando vas a comprar un juguete erótico

Parece que el succionador de clítoris es el juguete erótico estrella y que no existe nada más, pero no es así. Hay juguetes de diferentes tamaños, colores y materiales. Pero claro, la pregunta es: ¿Cómo puedes saber cuál es el mejor juguete erótico para ti? El que más se amolde a ti y a tus necesidades. Aquí te dejamos 10 cosas que puedes tener en cuenta a la hora de comprar uno:

  • Tamaño: No todos  los juguetes eróticos son del mismo tamaño. Una de las cosas que debes tener en cuenta a la hora de decidirte por uno u otro es dónde lo quieres utilizar, llevar o transportar para tener en cuenta la medida.
  • Material: Habitualmente se usa silicona médica, pero no siempre es así. Asegúrate de que el juguete está fabricado con este material y fíjate bien qué tanto por ciento de silicona se ha utilizado.
  • Batería: Cotillea el tiempo de duración de la batería y las opciones de carga que tiene. Si se carga por USB es más fácil que puedas recargarlo en casa con el cabezal de cualquier cargador. Si va a pilas ojo con meterlo en el agua.
  • Sumergible: Si te apetece jugar con él bajo el agua asegúrate de que es sumergible.
  • Tipo de estimulación: Algunos tienen más potencia que otros y si abusamos de su uso podemos llegar a perder sensibilidad o no llegar al orgasmo en pareja.
  • Comodidad: Cada juguete erótico tiene una forma distinta y eso hace que no todos sean igual de cómodos para agarrarlos en la posición correcta.
  • Ruido: Los más silenciosos son los que incorporan ultrasonidos.
  • Juego en pareja: Si vas a jugar también en pareja ten en cuenta la comodidad y el agarre a la hora de usarlos.
  • Viaje: Si quieres viajar con él lo mejor es facturar, aunque no deberías tener problema para pasarlo por aduanas siempre que lo lleves en un packaging transparente.
  • Precio: Seguro que es algo en lo que también te fijas. Busca algo que se adecue a tu bolsillo pero piensa también en la calidad y en la durabilidad del juguete en sí. A veces, más barato en apariencia no significa más barato a la larga.

¿Qué tipos de juguetes eróticos hay?

Hay tantos tipos de juguetes eróticos y tantas maneras de usarlos que puede ser difícil saber por dónde empezar, sobre todo si es el primero que te compras. Siempre puedes probar alguno que te parezca interesante y ver qué tal la experiencia antes de comprarte diez de golpe. Algunos de los más comunes son:

Vibradores: Juguetes que incorporan vibración para potenciar la estimulación. Existen de todas las formas, tamaños, colores y gustos. Todos tienen distintos niveles de vibración, algunos incluso de ritmos o patrones.

Dildos: Juguetes eróticos que están diseñados para la penetración ya sea en la vagina, el ano o la boca. Eso sí, si vas a jugar con ellos en el ano asegurate de que tenga tope para no llevarte un susto.

Juguetes anales: Juguetes hechos específicamente para estimular y/o introducir en el ano. Los juguetes anales pueden ir desde plugs anales, cuentas, bolas anales, masajeadores de próstata, entre otros. 

Mangas: Son una especie de tubos donde introducir el pene para masajearlo. Hay mangas de muchas formas, tamaños y rugosidades. 

Anillos para el pene: Son anillos que se ponen alrededor de tu escroto y/o pene y que hacen que la circulación de la sangre sea más lenta cuando el pene está erecto.

Bombas de vacío: Sirven para succionar el pene, clítoris, vulva o pezones con la intención de aumentar la sensibilidad de la zona.

Esferas pélvicas o bolas chinas: Son unas bolas o esferas que se introducen en la vagina. Sirven para tonificar y fortalecer los músculos del suelo pélvico y se suelen usar para hacer los ejercicios de Kegel, aunque no son necesarias para ello. Muy usualmente se han confundido con un juguete erótico dando por sentado que su función es dar placer aunque en realidad son para ejercitar. Eso sí, el uso que les des depende de a qué quieras jugar o para qué quieras utilizarlas.

Arnés o “strap-on”: Prenda con forma de correas que puede ser de distintos materiales tales como el cuero, plástico, tela... similar al armazón de unos calzoncillos en el que se puede acoplar una funda para pene, un dildo u otro juguete sexual con la intención de penetrar con él a otra persona sin necesidad de usar las manos. También se pueden usar en otras partes del cuerpo, como en el muslo. Esta práctica de penetación con arnés es conocida como “Pegging” y aunque generalmente se ha asociado al colectivo LGTBIQ+, en realidad no tiene nada que ver con la orientación sexual. 

Juguetería bondage y fetish: Como por ejemplo las pinzas de pezones. Este tipo de juguetes se usan para ejercer presión en los pezones generalmente con la intención de jugar con los límites de la persona. Es una práctica que evidentemente debe ser consensuada. En esta categoría hablaríamos también de vendas para los ojos, restricciones tipo esposas, floggers o látigos, palas, fustas… pero si quieres saber más de este tema, te invitamos a leer sobre BDSM.

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