Este tipo de beso se empezó a llamar Pompoir cuando la técnica se extendió por Francia, así que podéis encontrar más información buscando ambas palabras en Google. Incluso hay algunos vídeos de esta técnica si sabéis dónde buscar. Y lo magnifico de esto es que todas las vaginas pueden dar un beso Singapur.
Es más sencillo de lo que creéis, solo hace falta tiempo y práctica. Se trata de contraer y relajar la vagina durante la penetración. Concretamente, es el músculo pubocoxígeo el que se encarga de estimular el pene con los movimientos de contracción.
Muchas mujeres lo hacen de forma natural, sobre todos aquellas que sean más conscientes de su suelo pélvico y lo ejerciten de manera rutinaria. A otras seguramente esto les suene a chino, porque nunca lo han puesto en práctica, pero es muy fácil y empezar a hacerlo sin duda alguna tiene su gracia.
Puedes practicar la próxima vez que vayas al baño, intentando cortar el pis a la mitad durante unos segundos. Ese ejercicio te ayudará a identificar ese músculo y controlarlo para que en el próximo encuentro puedas hacer el mismo ejercicio. También puedes ponerlo en práctica en cualquier momento: es imperceptible a simple vista, así que solo tú sabrás que lo estás ejercitando, dándote la posibilidad de hacerlo en el autobús o mientras andas.
Ya no solo por sumar esta experiencia a tu vida erótica, pues este ejercicio te servirá para mantener en forma parte de la zona pélvica y evitar en un futuro las pérdidas de orina. ¡Ah! Y recuerda que esta práctica no es solo para él, está comprobado que tú conseguirás intensificar tu orgasmo, así que… ¿a quién le apetece besar esta noche?