“No se puede jugar al BDSM sin que haya amor”

Holanda fue su hogar durante muchos años. Se formó en Somatic Sensual Healing Institute de San Francisco donde estudió therapeutic BDSM. Ahora difundir la idea del BDSM Holístico, Conscious Kink o BDSM tántrico se ha convertido en su misión en la vida

Hace falta atarla para dominarla. Con ella todo fluye y pueden pasar cosas inesperadas. Nació con el BDSM recorriéndole las venas, pero ahora ha decidido perder la seguridad, saber todo lo que va a pasar, por un: todo es posible. Poderosa y apasionada, Nique es una mujer que sabe lo que quiere y cómo lo quiere; y lo tiene claro: BDSM + Tantra = Futuro.

BDSM Holístico, Conscious Kink, BDSM tántrico, ¿quieren decir lo mismo?

Más o menos sí. Yo aún no tengo preferencia por cuál de los tres términos usar porque todavía no hay ninguna palabra o término en castellano que recoja y dé el significado perfecto a lo que quiere decir. Al menos aún no lo hemos encontrado.

¿Cuál es la diferencia entre BDSM Holístico, Conscious Kink, BDSM tántrico y lo que se entiende como BDSM?

La diferencia es que se quitan las reglas, las normas y se abre a lo que cada uno auténticamente siente en ese momento. Esto quiere decir que, por ejemplo, si una persona que está en cierto rol, como puede ser el dominante o la persona que recibe, siente que necesita expresar el otro rol, puede comunicárselo a la otra persona o a las otras personas con las que está jugando y puede cambiar de rol. En el DBSM “normal” esto no está muy bien visto porque ahí pactas de ante mano lo que vas a jugar.

¿Solo tiene que ver con las normas?

No, también prestas más atención a las energías, estados del cuerpo y emociones. Puede ocurrir que durante alguna sesión, algún momento, alguna práctica, alguien llegue a sentir algo que no se esperaba, esto puede ser porque recuerda algo del pasado, y en el BDSM “normal” o “regular”, lo que uno intentaría hacer es suprimirlo y seguir con el juego, en cambio, estas formas alternativas incitan a que la gente sienta otra emoción que no sea exactamente la que se espera. Aquí la comunicación es muy importante y entre los participantes deciden si lo quieren investigar o no. Puede incluso llegar a ser una forma de sanar cosas que podríamos tener guardadas entre las células de nuestro cuerpo.

¿Crees que hay personas que no viven de forma consciente el sexo?

Sí, de hecho creo que todos estamos condicionados a actuar o a pensar de cierta forma. Esto es una cosa mental y cuando estamos en un momento muy mental no estamos muy conscientes del cuerpo, de las emociones, de las energías útiles.

¿Cómo llegas al BDSM tántrico?

Tuve una pareja tántrica. (Sonríe al recordar) Él no sabia mucho de BDSM pero estaba dispuesto y abierto a conocerlo, y yo estaba dispuesta y abierta a conocer más del tantra. Al principio pensábamos que las dos prácticas eran opuestas, que el BDSM era fantasía y el tantra deseo. Para nosotros fantasía era más mental y deseo más corporal, hasta que los dos vimos que las dos prácticas, las dos formas de la sexualidad, iban muy bien juntas. Nos dimos cuenta que con prácticas como puede ser el spanking, ósea las cachetadas en las nalgas, podíamos apreciar la energía en parte de las nalgas y que con prácticas tántricas podíamos subir esta energía al corazón, esta empieza a vibrar y puede llegar a darnos un estado alterado de consciencia precioso y darnos orgasmos en todo el cuerpo, no solamente local, en los genitales.

Porque somos más que genitales…

Exacto. En esto la gente que practica el BDSM tiene más ventaja que la gente con una sexualidad normativa, porque la gente que practica BDSM ya sabe que hay mucha más sexualidad fuera de los genitales, no tienen que ser convencidos de esto.

Bueno, tenéis ventajas en muchos sentidos: de comunicación, de acuerdo, de cese…

(Ríe a carcajadas) Sí. Están acostumbrados a lo que ellos llaman “negociar la escena”. Hay que estar de acuerdo entre las personas de qué tipo de juego o práctica van a hacer y hasta dónde. Siempre se pacta una palabra de seguridad porque el BDSM se practica consensuado y por lo tanto los dos saben que el juego puede acabar en cualquier momento; y que no tiene que acabar cuando el hombre ha eyaculado o orgasmado. Esa es la gran ventaja para la gente que practica el BDSM, porque cuando quieres tener una sexualidad más consciente es uno de los puntos más difíciles de incorporar: que la sexualidad no acaba con el orgasmo masculino.

¿Qué fue lo que te atrajo del BDSM en un principio?

Es algo que llevaba dentro. Desde muy pequeñita, en mi juventud, cuando empecé a tener relaciones con chicos, en mi caso, les proponía jueguecitos sin saber nada tampoco y a ellos les parecía raro; sus reacciones me hicieron entender que esto no se hacía, por lo que lo suprimí porque quería ser aceptada. Con 26 años conocí a una persona mayor que yo que me dijo: “me gusta dominar mujeres dominantes”. Y algo en mí hizo “chispar las antenas”, me hizo sentir que me podía introducir en un mundo que yo estaba deseando conocer y así fue. Este hombre, un ingles, me contó que incluso los bares temáticos que yo había fantaseado en secreto durante mucho tiempo tenían nombre y todo, que eso que me gustaba se llama spanking, que lo otro se llama bondage… Me quede flipando… ¡¡¡Era normal!!! Porque yo me consideraba fuera de lo normal.

(Reímos) Obviamente esto fue un antes y un después en tu vida erótica.

Uff, sí, sí. La relación con esta persona duro poco. Después estuve indagando un poco, era la época en la que Internet no era muy grande, así que empecé a comprar y devorar libros, todo lo que podía encontrar. Soy de las que piensa que uno solo no cambia porque sí, si no porque hay otra persona que está ahí para guiarte, para enriquecerte la vida.

¿Con cuál de los dos roles, domina o sumisa, te identificas más?

Depende de con quién estoy o de en qué momento estoy yo. Yo soy una persona muy dominante de carácter y sé muy bien lo que quiero. Esto puede ser un problema para alguien que no es muy dominante o que no sabe muy bien lo que quiere de mí (ríe), porque puedo dominar desde abajo: doping off the bottom. Dentro del BDSM clásico está visto como algo súper feo porque la persona que domina se puede sentir como que se están burlando y quitándole su empoderamiento… Sé que es bien feo hacerlo también… me cuesta soltarme y confiar. Son cosas que yo veo que me cuestan.

¿Cómo te sentiste la primera vez que viviste un encuentro erótico bedesemero?

Fue fantástico, me sentí aceptada, súper sexy, un objeto de deseo de ese hombre que ponía toda su atención en mí y me entregué completamente. Aún hoy en día creo que lo estoy idealizando, porque han pasado muchos años y sigo recordando la forma en que me dijo: “pon las manos encima de la cabeza”. Me habló con una voz con tanto poderío… no era una orden vacía sino que venia desde el centro de su ser, una voz masculina baja. Me lo dijo con la autoridad exacta que yo necesitaba… mmm (ríe).

¿Alguna vez has vivido alguna experiencia negativa?

Sí, pero creo que es porque no estamos acostumbrados a poner bien claros nuestros límites o porque ponemos nuestros deseos demasiado altos. De hecho me viene a la cabeza un recuerdo de no hace tanto tiempo atrás, donde yo misma, por complacer a la otra persona, pasé mis propios límites.

¿Nos cuentas qué paso?

¡Claro! Además creo que puede servir de ejemplo para muchas personas. Fue en un encuentro de tantra, un festival. Yo en realidad soy muy tímida en los primeros pasos, me cuesta mucho dar un primer beso. Esa noche conocí a un chico muy guapo y decidí romper un poco mi timidez. Le confesé que me parecía muy atractivo y él se lo tomó muy bien, me propuso hacer algo más íntimo, pero en vez de hablar primero de lo que queríamos hacer, de ponernos los límites y ser honestos con lo que sentíamos, empezamos ya a acariciarnos. Yo noté que quería escapar, que no estaba a gusto, que la cosa iba demasiado rápido para mí, pero para él el ritmo estaba bien, incluso… presionó para que nos morrearamos, y yo, para no perder puntos… no sé… atractividad… miles de razones, no le dije que no y nos morreamos; y no sentí nada.

¿Y qué hiciste?

Poquito después corte el rollo y ambos nos fuimos por nuestros caminos. Me enfadé con él por lo que pasó, pero luego pensándolo bien, he de decir que fui yo misma la que no fui honesta y le paro. Es muy heavy, porque yo doy talleres de esto y me hizo pensar como sería esto para la gente que no tiene los atributos, los conocimientos o las experiencias que he tenido yo. Les debe pasar muchísimo más, incluso a personas que tienen menos autoconfianza. ¿Cuántas veces pasa que por miedo de no poder conseguirlo con otra persona o en otro momento sobrepasamos nuestros propios límites?

¿Te has vuelto a encontrar con él?

Sí, de hecho cuando tenía más claro conmigo misma lo que había pasado, que no había sido él sino que fui yo al no expresarle mis límites, me lo volví a encontrar y se lo comenté. Se quedó a cuadros. Él de verdad no se había dado cuenta de cómo me hizo sentir a mí.

¿Qué te llevaste de este encuentro?

Siempre saco algo positivo de las experiencias que tengo. Ahora que estoy más consciente de lo que hago o no hago, dentro y fuera del BDSM, si que he sido consciente de las señales que me dio mi cuerpo. Me puse como una niña pequeña, risueña, con movimientos muy preadolescente. Ahora sé que estos tipos de movimientos son el cuerpo expresando lo que mi subconsciente me estaba diciendo: “esto no lo quiero”. En las veces posteriores que mi cuerpo ha reaccionado así sé que es hora de parar. Así que estoy contenta de que me pasara esto porque me ha dado una gran lección para la vida.

Algunas personas no conciben la unión de la idea de jugar al BDSM con amar a alguien o tener pareja. ¿Qué les dirías?

Cuando hago una charla me gusta romper esquemas. (Ríe) Siempre empiezo con la frase: “No se puede jugar al BDSM sin que haya amor”. Y es que no tiene que ser un amor de pareja o estar enamorado, es otro amor, pero si que hace falta un amor general, un amor a la vida y un gran respeto hacia la otra persona por ambos lados, por lo tanto es muy compatible con tener pareja. El BDSM no es hacer daño a la otra persona, es más bien investigar caminos, mundos que no podemos investigar en la vida “normal”. Es entrar en tabúes y esto es altamente excitante.

¿Qué opinas de la creencia de que los hombres y las mujeres juegan o comparten diferente dentro del BDSM?

Esto depende de uno mismo y de la persona con quien se juega. En España he oído un montón de veces una idea preconcebida que me pone los pelos de punta, es una frase que he tenido que escuchar alguna vez: “es que las mujeres en realidad todas sois sumisas”. Aquí es cuando me sale mi lado feminista y me entran ganas de romper el cuello a la persona que lo dice, porque también me parece que muestra un gran desdén a su propio lado femenino interior. Yo creo que la persona que dice algo así está reprimiendo muchos de los valores de los sentimientos suaves, de ternura, y está intentando mostrar valores que en la sociedad donde vivimos son valorados. El híper machismo (señala). Por eso me gusta tanto la idea que estamos lanzando con el Concious Kink, ya que está calando en la generación más joven. Una generación que no aceptan las reglas tiesas e inmutables, sino que están ahí, investigando, practicando: ¿qué pasa si hago esto?, ¿qué pasa si digo esto?… Creo que así es como podemos llegar a ver diferentes resultados.

¿Consideras que para dominar a alguien primero hay que dominarse a uno mismo?

Por supuesto. El BDSM se juega siempre bajo las siglas SSC: seguro, sano, consensuado, tres reglas muy importantes, porque jugamos con un cierto riesgo que nos excita a ambas partes. A la gente que juega en el lado del recibir, siempre les digo: “búscate a alguien que sepa no pasar sus límites, que sepa no sucumbir a tu presión porque una persona que está recibiendo puede poner mucha presión sobre pequeñas inseguridades que pueda tener la persona que está dando”.

¿A qué te refieres exactamente?

Por ejemplo, yo misma cuando estaba con un amante fumador en un momento muuuuy caliente le pedí que apagase su cigarrillo en mi pezón y yo soy la persona antifumadores número uno, pero le estaba suplicando y le estaba diciendo que de verdad lo quería. Por suerte el tenía mucho más fría la cabeza que yo y no lo hizo. Por eso hay que jugar siempre con alguien que sepa mantener la cabeza fría en los momentos calientes.

¿Qué le recomendarías a alguien que se quiera iniciar en esta práctica?

Que se informara mucho. A través de Internet puedes encontrar un montón de información, en páginas como Fetlife.com, aquí me pueden buscar por Nique_bcn. En esta página puedes hacer un perfil y conocer gente con tus mismas ideas o inclinaciones, y puedes quedar con gente que tiene este hobby y que se agrupa dos veces al mes. O puedes acudir a talleres de shibari, para aprender cómo hacer las ataduras de forma segura. También hay locales donde puedes acudir y la cosa va más en serio; tienen un código de vestimenta para ir, que básicamente es ir de negro.

Mucha gente se preguntará: ¿Qué pasa si eres nuevx en un club bedesemero?

Cuando acudes a este tipo de clubs puedes practicar BDSM o no, cuando entres no tienes que tener claro cuál es tu rol o hacer algo que no eres o quieres. Eso es lo bueno, que hay mucho respeto hacia la persona en general y no obligan a nada.

O si no te tienen a ti.

(Ríe) ¡Claro! Yo doy talleres, charlas, conferencias y si hace falta sesiones de uno a uno o en pareja. Me encanta enseñar este camino porque esto al final hace que la gente se pueda aceptar más y aceptar su mundo. Y entre todos crearemos un mundo más bonito, mas vivible, mas amable, mas armonioso.


Información extra:

Perfil de Instagram: @nique_holistic_bd_sm

Webs: www.niqueluciasereen.com y www.bdsmcoach.net

Residencia: Barcelona

Festival Xplore: Xplore-bcn.com 14-15-16 junio

Melanie quintana @somospeculiares

Melanie quintana

Periodista y Sexóloga. Directora y coordinadora de equipo en Somos Peculiares.
Te puedo ayudar con tus relaciones, los conflictos, sexualidades, diversidades y peculiaridades.
También te puede interesar:
El espejo del baño

El espejo lo acababan de limpiar. Ese espejo que sirve para verme de cuerpo entero cada mañana y que cuelga Leer más

Mi reflejo

Un juego que podéis hacer lo erótico que queráis. Ya que es posible que decidáis cumplir las reglas o acabar Leer más

Lo personal es politizado… y ¡hay que defenderlo!

Lo personal es político. Esta es la frase con la que Kate Millet abanderó los inicios del feminismo radical y Leer más

¿Sabías que el huevo llegó antes que la gallina?

Hay interrogantes que, por su trascendencia universal, nos atormentan desde la noche de los tiempos. Quiénes somos, de dónde venimos, Leer más

¿Llevas un tiempo dándole vueltas a la idea de ir a terapia por algo que te genera mal estar?

 

¡El cambio empieza en ti y aquí! Infórmate sobre nuestros servicios y reserva tu primera cita online.

Scroll al inicio