El concepto ‘amor líquido’ fue enunciado por el sociólogo Zygmunt Bauman y se refiere a la fragilidad de los vínculos. Hace la comparativa y/o la metáfora con el agua en su formato líquido como elemento que no puedes sostener en las manos sin que se acabe derramando para explicar la complejidad de los vínculos fugaces.
Bauman habla, cuando hace referencia a este concepto, del amor puntual de cualquier cosa, incluidas las relaciones, para satisfacer una necesidad momentánea y que, más tarde, es probable que desaparezca o se deseche una vez cumplido su cometido o su propósito. Es decir, de las relaciones que nos dan algo que necesitamos a corto plazo, pero que a la larga no nos satisfacen porque dejan de darnos aquello por lo que las iniciamos.
Vínculos emocionales
Pero ¡ojo!, el término no sólo hace referencia a las relaciones que establecemos con los amigos, la familia, o nuestros amantes, también hace referencia a los vínculos que establecemos con nosotrxs. Porque esa es la relación más duradera que establecemos en la vida y muchas veces se nos olvida que también existe y es necesario el amor hacia unx mismx. Bauman tiene un término para referirse a las personas que no son capaces de quererse: ‘la liquidez del amor propio’.
¿A qué se refiere con esto? Que para amar de una forma madura y sólida a otrx, debes empezar por quererte a ti mismx. Y aunque parezca obvio, no lo es. Hay muchas personas que por falta de autoestima y de autoevaluación acaban perdiendo a personas queridas por no ‘solidificar’ su amor propio. O que acaban rompiendo una relación sólida por la necesidad momentánea de un ‘amor líquido’.
El amor líquido
Lo que está claro es que establecer vínculos fuertes y comprometidos no es fácil. Porque con ello viene un sentido de responsabilidad y trascendencia personal que muchas personas no están dispuestas o no saben cómo asumir. Pues también puede ser que tengas miedo a establecer un ‘amor sólido’ o no sepas cómo hacerlo.
Y ahí es cuando entran en juego el miedo o la inmadurez personal. Dos factores que pueden estar impidiendo establecer una auténtica relación sólida, estable y con un proyecto de futuro.
La individualidad
De hecho, muchas relaciones de hoy día son más bien ‘conexiones’ que ‘relaciones’ precisamente por esto. Porque intentan cubrir una necesidad concreta y puntual que no se mantiene a largo plazo. Porque hoy igual necesitamos que nos digan “qué guapx eres” o “vales un montón”..., es decir, sentirnos deseadoxs o valoradxs, pero mañana necesitamos otra cosa… y lo que no podemos hacer es establecer vínculos que cubran nuestra necesidad hoy, para romperla mañana.
Emociones puntuales que no se pueden retener y en algún momento desaparecen. ¿El problema de todo esto? Que estamos buscando sentir esa emoción con la otra persona sin haberla encontrado en nosostrxs mismxs.
Porque de ninguna manera es posible sostener esa sensación que buscamos en los demás todo el rato. En algún momento esa persona deja de realizar la función que le hemos dado emocionalmente, e inconscientemente, y se ve con más claridad la falta de solidez en la relación. Ya que no se puede sostener a largo plazo la euforia emocional de cuando inicias algo nuevo.
La importancia del amor propio
¿Qué podemos hacer para establecer relaciones sólidas? Cultivar el amor propio, sobre todo para hacer frente al ‘amor líquido’. Porque detrás de establecer este tipo de vínculos está la inseguridad personal. El no vernos a nosotrxs mismxs capaces de mantener un vínculo lo bastante fuerte como para prosperar o como para construir un futuro junto a otra persona. Y esto habitualmente es un reflejo de una autoestima que no se ha desarrollado adecuadamente o que no hemos cultivado.
Bauman dice que para ser felices en una relación, bien sea con nosotrxs mismxs o con otra persona, hay que tener en cuenta dos valores: libertad y seguridad. Porque la seguridad sin libertad es esclavitud, pero la libertad sin seguridad es el caos. Y todxs necesitamos de ambas en una relación para encontrar nuestro propio equilibrio.
