Menstruación, periodo, regla. Llámalo como quieras. El caso es: ¿se puede follar sangrando sí o no? Sí, se puede, siempre se puede, otra cosa es ¿te apetece? Que es realmente la pregunta a la que me gustaría responder, pero tristemente nos preguntamos más si se puede o no hacer algo, que si realmente nos apetece.
En fin, sea como fuere, es un momento del mes en el que te preguntas cómo Edward podía estar con Bella sin morirse por chuparle la sangre del coño, o… Damon con Elena (chiste que comprenderán los fans de los vampiros). Tonterías aparte, es un momento en el que las mujeres viven un cambio hormonal, que puede hacer que se dispare su libido o que se reduzca, dependiendo del caso.
Claro, esto si queremos que el encuentro sea penetrativo.
En el caso de que no sea así, libre albedrío
Hay quien puede ser reticente a mantener relaciones o encuentros por la sangre –algo por cierto muy natural que nos hace ser humanos –, por asco, por cultura, por prohibición. La mayoría de las veces estos ascos, heredados o adquiridos, son los que controlan nuestros deseos.
He de decir que no existe ninguna contraindicación en mantener encuentros eróticos mientras la tenemos y que en ocasiones pueden llegar a suponer grandes beneficios para nosotras, ya que la penetración ayuda a liberar tensión pélvica y reduce el dolor menstrual durante estos días.
Es la sangre que más nutrientes tiene y no provoca infecciones, aunque sí que es verdad que de haber alguna bacteria o algún virus que pueda provocarlas con la sangre es más fácil que se trasmita. Solución: preservativo.
Siempre podemos utilizar una toalla si no queremos manchar, o jugar con nuestra imaginación y hacerlo en sitios donde no nos importe ensuciar, como puede ser la ducha. En el caso de que a ellos les de apuro meterla y que salga llena de sangre, existe una esponja que nos la podemos introducir –o que nos la introduzcan como parte del juego – dentro de la vagina. Esta absorbe la sangre y podemos prevenir el ataque vampiresco – cosa que si os apetece probar podría valer y ser muy divertido dentro del encuentro –.
La penetración ayuda a liberar tensión pélvica
y reduce el dolor menstrual durante estos días
Una vez finalizada la aventura es tan fácil como retirarla con los dedos y, si por lo que sea no llegáis, mojándola en la ducha, del peso, se acerca más a la entrada vaginal. Incluso con movimientos de suelo pélvico específicos es mucho más sencillo sacarla. Pero tranquilas, en ningún caso se va a perder dentro de nosotras para siempre.
Claro, esto si queremos que el encuentro sea penetrativo. En el caso de que no sea así, libre albedrío. Si por lo que sea os sentís más cómodas u os apetece mostrar los genitales pero que no se vea el cordón del tampón ni la compresa, siempre podéis utilizar la copa menstrual.
Lo primero siempre es que os apetezca y claro está que le apetezca a la otra persona que se dispone a jugar contigo. Eso sí, aseguraos de que no sea vampiro antes de decirle: ¡Chúpame la sangre del coño!
