Crear figuras a partir del papel es todo un arte. Ya sea a través del Origami –la disciplina de doblar papel–, del Kirigami –la variante que permite cortar papel– o del Kusudama –variante que permite usar varias piezas de papel–, no hay forma que se escape de estas artes orientales y el pene no iba a ser una excepción. Tal es así que incluso existe una rama que se dedica a desarrollar figuras para los genitales externos masculinos con fines eróticos: el Kokigami.
El Kokigami es un juego erótico nipón que consiste en envolver el pene –y generalmente también el escroto– con un disfraz de papel para ofrecer el paquete a la persona deseada, quien lo desenvuelve sensualmente para excitación de ambos. Aunque este peculiar antifaz pudiera representar cualquier imagen, tradicionalmente y todavía a día de hoy lo más habitual es dotarle de una forma animal. El objetivo principal es sorprender a la pareja y obsequiarla con una experiencia divertida y diferente, pero también dar pie a un acercamiento íntimo y erótico entre los amantes además de dotar al pene de cierta personalidad –aunque sería más correcto decir: de cierta animalidad–.
El término Kokigami también tiene su historia. Procede de las palabras japonesas koki (こき) y gami (がみ). La primera hace referencia al pañuelo que llevan en la cintura los actores Waki del Teatro Noh y la segunda significa papel, si bien en un principio no se utilizaba este material, sino pañuelos de seda y cintas. Sin embargo, con el paso de los siglos las telas fueron sustituidas por figuras confeccionadas con papel de seda y, posteriormente, con papel.
A pesar de que los orígenes de este juego erótico japonés no están demasiado definidos, el arte de doblar papel nació en China alrededor del siglo I o II antes de la Era Común y llegó a Japón en el siglo VI. Además, teniendo en cuenta que no es hasta la mitad del Periodo Heian (794-1185) cuando el Kokigami comenzó a extenderse por la aristocracia del país gracias a la época dorada del desarrollo artístico japonés, una aproximación razonable sería datar el germen de este juego erótico en torno a los siglos VII y VIII. Lo que sí está claro a todas luces es que se popularizó a finales del siglo XVIII debido a la bajada del precio del papel, tal y como atestiguan numerosos shunga –imágenes eróticas– que comenzaron a circular por esa época y en las que los hombres aparecían con sus penes vestidos con diversos kokis.