Empecemos por aclarar que los aconceptivos son prácticas, no métodos o medios, aunque según cómo se mire pueden llegar a serlo. ¡Pues me quedo igual que al principio!, pensaréis. Bueno, esto va sobre todo de no tener prisa. Prisa por meterla y, más concretamente, prisa por meterla en la vagina.
La difusión del término anticonceptivo sin duda ha tenido muchísimo más recorrido que el concepto aconceptivo, aunque nos siga viniendo solo el condón a la cabeza cuando escuchamos su nombre. Pero lo gracioso es que aunque los anticoceptivos tengan más calle, los aconceptivos abarcan más, ya que son exactamente todas las prácticas no conceptivas, que no son pocas.
La única que puede llegar a la ser la causante de una concepción, o dejémoslo más claro, la única que podría causar un embarazo, es la penetración con eyaculación intravaginal. Vamos… correrse dentro. Todas las demás son magia, perdón, aconceptivos.
Ahora es cuando os ponéis a pensar en la gran lista de posibilidades y alternativas que hay. Todas las prácticas eróticas en las no hay penetración vaginal (los consoladores, dildos o juguetes varios para la penetración no embarazan así que los podéis incluir en la lista aunque esto incluya la penetración vaginal… no vayáis a pillar), las posturas, los juegos. Todas ellas, que no son pocas.
Y por cierto, la piel es el mayor receptor de sensaciones del cuerpo humano, nos envuelve de arriba abajo. Centrar todas las opciones en la piel que nos rodea los genitales hace que nos limitemos solo a sentir con el 10% de nuestro cuerpo. No dejéis que os atrapen… o sí. Sea como fuere, descubrir prácticas aconceptivas diariamente es un placer.
Si pensáis: ¡Joder!, pues me quedo igual, vuelve a leer el tercer párrafo. Si aún así sigues sin saber cuales son os dejamos tres ejemplos que seguro os suenan familiares:

Melanie quintana
Periodista y Sexóloga. Directora y coordinadora de equipo en Somos Peculiares.
Te puedo ayudar con tus relaciones, los conflictos, sexualidades, diversidades y peculiaridades.