¿Qué es el bondage y por qué hay personas que disfrutan tanto con esta práctica? ¿Por qué hay quién encuentra placer en las ataduras o en las cuerdas para bondage? Que alguien te inmovilice está dentro de las fantasías femeninas más recurrentes, sobre todo, tras ver 50 sombras de Grey. Pero, ¿qué es está práctica en realidad?
¿Qué es el bondage?
Aunque hay muchas parejas que se inician en el mundo del BDSM a través del bondage, todavía sigue siendo un gran desconocido. Si es la primera vez que escuchas esta palabra, un resumen muy básico que puede ayudarte a entender de qué hablamos sería: se trata de una práctica erótica mediante la cual nos atamos o nos amarramos para gozar con el simple acto de estar inmovilizadas frente a nuestra pareja.
Lo más habitual es que las parejas se acerquen a esta práctica mediante esposas o cuerdas con nudos simples que les permitan inmovilizar las manos sobre la cama, pero el bondage es muchísimo más que eso.
Hay toda una tradición e incluso un ritual lleno de trucos, reglas, límites… que se pueden hacer y poner en marcha cuando jugamos a atarnos. De hecho si queréis practicar el bondage de forma habitual os recomendamos que hagáis alguna clase de nudos, shibari…
Al fin y al cabo estáis jugando con cuerdas y articulaciones y un mal nudo puede causar más dolor que placer. Por eso es importante aprender de alguien que sepa hacer nudos correctamente, ya que se puede amarrar todo el cuerpo o solo una parte de él, como pueden ser los pies, los pechos, los brazos, la cintura, las caderas…
De hecho, hay infinidad de estilos y formas diferentes de practicarlo. Y aunque es muy probable que la primera imagen que te venga sea la de las cuerdas, también se pueden utilizar materiales como cintas, cadenas o cualquier objeto que nos impida la movilidad.
El bondage está dentro de las prácticas de BDSM: Bondage, Dominación, Sumisión y Sadismo, y Masoquismo. Si te interesa leer sobre esto puedes hacerlo pinchando aquí.
Encontrar placer en la sumisión
Una de las preguntas más recurrentes en las personas que abren su campo de exploración de sus juegos y deseos, es ¿por qué hay personas que encuentran placer en la sensación de sentirse sumisos/as?
Lo cierto es que cuando jugamos en la cama no se trata de las mismas normas que tu mente encontraría cuando piensas en un rol de dominación por ejemplo, en el trabajo.
La idea y la sensación de sumisión y placer va intrínsecamente unida a la de la confianza en la otra persona. Sin lo segundo no se produce lo primero. Cuando no hay un pacto de juego no estamos hablando de bondage.
Esta práctica consiste en delegar el control en alguien en el que confías que puedes hacerlo, que va a respetarte, que tenga claro a qué estáis jugando.
Quiero practicarlo, ¿por dónde empiezo?
Antes de ponerte a jugar con tu pareja o de ponerte a comprar algo, tenéis que llegar a acuerdos. Cómo vamos a jugar a esto, cómo puedo parar en caso de que lo que estemos haciendo no me guste, cuáles van a ser los límites del juego, quién va a dominar a quién…
Esto, que parece muy de película de Grey, es lo más importante del juego. Pero no solo de este, sino de todos los juegos a los que vayamos a jugar juntos. Es importante que aprendamos a escuchar los deseos del otro, a respetar los límites y a vivir la experiencia desde el goce y el deseo.
Una vez que tengáis esto claro lo ideal es que tuvierais un tiempo para poder comprar juntos con lo que vais a jugar a ataros. Revisar las opciones que tenéis en tiendas como sexydream, por ejemplo.
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