El arte de ligar: Todo el mundo tiene mercado

Ligar siempre es un acto que supone un quebradero de cabeza para algunos y para otros es como andar por casa. Hay a quien le sale natural o de forma innata y a quien le despierta miedos e inseguridades. Y con ello vienen preguntas como: ¿qué hago mal?, ¿por qué yo no ligo? o la que más inquieta: ¿dónde puedo aprender a ligar?

Por eso, si has llegado hasta este artículo con intención de clarificar alguna de estas preguntas, lo primero y más importante que tenemos que decirte es que todo el mundo tiene mercado. 

Cuando escuchamos frases sentenciosas como: “yo no ligo porque estoy gordo”, pues que sepas que hay mercado para los gordos. O “yo no ligo porque tengo canas”, pues hay mercado para las canas.

¿Por qué no ligo?

En general, las personas que sienten que no ligan o que no saben hacerlo es porque como sociedad tenemos la creencia de que el deseo preexiste y como creemos que preexiste, lo único que creemos que tenemos que hacer es gestionarlo y no propiciarlo. Es decir, no trabajamos para que se de, lo damos por hecho, y no es así.

Cuando decimos que se cree que preexiste, lo que queremos decir es que se cree que ya está ahí. En algún lado, flotando a nuestro alrededor y que “pasará” o “caerá” por su propio peso. 

De esta manera, nos convencemos de que no tenemos que hacer nada, no hay que generar ese deseo en otro/as, si no que es algo más como un flechazo de los que vemos en las películas. Creemos que habrá un cruce de miradas y que no hará falta nada más. Y esto es absolutamente ficción.

Aprender a seducir

Podríamos decir que el arte de la seducción se basa en la necesidad de conocer qué es lo que estimula a la persona que queremos seducir. Esto quiere decir que si el deseo del otro requiere ser activado por los ojos tengo que producir estímulos que vayan dirigidos a los ojos. 

Si el objetivo es seducir, la necesidad que se nos despierta es observar. Es decir, necesitamos saber o ser conscientes de qué es lo que despertará el interés de la otra persona. Siguiendo con la idea de mercado, igual que cuando queremos lanzar un negocio, hay que hacer un estudio previo de la viabilidad, pues en el arte de seducir ocurre exactamente igual. Necesitamos observar y definir qué cosas considera atractiva la otra persona para hacer que seamos la opción elegida.

Dicho de otra manera, o con un ejemplo, si a la otra persona le pone ver a alguien bailando de forma seductora, si quiero activar su deseo, podría hacerlo bailando de forma seductora. Lo mismo pasa con los oídos o con cualquiera que sea el canal de seducción de la persona

Es tener en cuenta todo el rato lo que le pone al otro y usarlo como recurso. Si sé que le excita que le hable en un idioma en concreto o le diga ciertas cosas en según qué contexto, puedo usar eso. Si sé que le excita un perfume o un olor en particular, puedo usar eso. 

Estos son algunos ejemplos. Puede que funcionen o no, pero la intención es que la persona que vaya a ligar, no dé por hecho que solo con su simple presencia va a activar el deseo de nadie, a menos que la otra persona sea absolutamente visual y tenga un estereotipo muy concreto físicamente. 

Con todo esto queremos decir que cada vez que vamos a ligar, esa puesta en escena, tiene un componente “trampa”. Entendiendo como trampa usar con ventaja la información que tenemos o creemos tener acerca de lo que le gusta al otro. Preparamos un escaparate de nosotros mismos para invitarle a que entre en la tienda y nos compre.

Por eso es importante saber que cada persona juega a la seducción como en la publicidad, es decir, juega a vender algo y para vender algo, hay que preparar y decorar un escaparate. Seducimos con escaparates.

¿Qué puedo exponer en el escaparate para atraer más? 

Obviamente no todo, pues depende de a quién quieras atraer. Pasa como hemos dicho, como en las tiendas. Cada una pone en el escaparate lo que más le resalta, lo que considera más bonito o lo que cree que puede atraer más a la otra persona. 

En el fondo, cuando cortejamos, todos somos escaparate. Pero no todo depende de lo que se ve, también de las habilidades que cada uno tenga a la hora de seducir. Y la clave de todo es descubrir qué se te da bien a ti y usarlo a tu favor.

Por ejemplo, hay gente que seduce estupendamente bien con la poesía, con las palabras, y otros no. Hay personas que seducen con el baile, con una guitarra, con sus conocimientos en juegos de rol, con lo que saben de magia, con su puesto de trabajo, con su seguridad… incluso hay personas que seducen utilizando su inseguridad y su timidez como fortaleza.

Cada uno tiene que jugar con las cartas que tiene a su disposición, los “trucos que sabe hacer”. Pero ojo, siempre dentro de sus límites, porque no hay nada más patético que hacerse el estupendo en aquello que uno es un inútil.

¿De qué depende el éxito a la hora de ligar?

Como hemos dicho ya, tiene mucho que ver con destrezas, habilidades personales y competencias para hacer creer y demostrar que eres interesante para la otra persona. Que mereces la pena y que eres su mejor apuesta. 

De alguna forma le venimos a decir que nuestras acciones “erotico-gustatiles” merecen la pena ser compradas. Y esto lo hacemos frente a alguien que queremos que nos compre. Es decir, nos vendemos. 

Tiene, como véis, un componente muy ligado con el mercado, con la oferta y la demanda. Puede sonar a que cada vez que  decimos mercado, parece que nos mercantilicemos, pero esto no va en el sentido perverso de la palabra, esto va de que cada uno tiene que tener sus truquillos para saber venderse. 

¿Os suena lo de “cada maestrillo tiene su librillo”? Pues ligar es exactamente eso. Descubrir cuál es tu librillo y potenciarlo. Saber qué le despierta el deseo al otro y activarlo.

¿Hay gente más apta que otras para seducir?

La verdad es que hay gente más apta para esto como para cualquier otra cosa. Como hay gente que tiene más puntería o gente que tiene más habilidad para los números o las letras. Que una persona sea seductora, no quiere decir que sea más atractiva

Parece que asociamos que son más seductoras las personas más atractivas y no es así. Hay gente que es muy atractiva físicamente pero que no gusta o no seduce. De hecho, suele pasar muchas veces que son más seductores y seductoras las personas que arrancan con un cierto déficit en el atractivo, por decirlo de algún modo y según los cánones vigentes. Ya que desarrollan las habilidades de seducción, mientras que los primeros simplemente dan por hecho que con mostrarse van a conseguir lo que desean.

Todo el mundo tiene mercado

Cada uno tiene un mercado específico y lo maravilloso de esto, es que hay mercado para todos. No hay ninguna sola característica en diversidad que no tenga mercado. Es cierto, por otro lado, que cada momento de la historia, de la cultura, de cada moda, prioriza unas cosas sobre otras, pero eso no quiere decir que tú no gustes. 

Por ejemplo, ahora mismo lo visual está muy priorizado en nuestra sociedad, y es por eso que las personas más llamativas visualmente son las que suelen obtener resultados más rápidamente. Pero como hemos comentado… en realidad no están seduciendo, solo están gustando.

¿Qué funciona para ligar?

Como dice el sexólogo Joserra Landa, el cortejo realmente funciona enseñando suficiente para insinuar que se está tapando algo y tapando suficiente para dejar ver algo.

Y esto se hace no solo con la piel, si no con las creencias, las ideas, el propio juego, etc. De hecho, una cosa importante con el juego, es que se tiene que enseñar que se está jugando, sin enseñar demasiado que se está jugando. Este es el verdadero arte. Seducir, ligar, sin ponerle luces de neón a lo que estás haciendo, para que no sea demasiado evidente.

Entonces, ¿cómo podemos ser más seductores?

Así a grosso modo, podríamos decir que todo el mundo es más seductor cuando baila que cuando no, porque moviendo un poco el cuerpo, emergen unas competencias lejos de la rigidez y está comprobado que el movimiento es atractivo.  

Pero al final, cada uno seduce según sus habilidades y puntos fuertes. Hay pequeños trucos, eso sí, que son aplicables en general. Por ejemplo: todo el mundo es más seductor cuando sonríe, todo el mundo es más seductor cuando mira a la cara o cuando habla con gracia. Y, obviamente, todo el mundo es más seductor si hace determinadas cosas que no son solo... meter la barriga.

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