10 herramientas para gestionar un conflicto

Los conflictos son parte de nuestro día a día. Los tenemos a menudo y reaccionamos ante ellos de muy diversas maneras dependiendo de muchos factores y las herramientas que cada persona tengamos. Siendo así: 

  • Podemos huirlos con evasivas porque lo vemos como algo negativo y desagradable. 
  • Podemos sentirnos atacados e intentar volcar toda la culpa en la otra persona para quitarnos ese peso de encima. 
  • Podemos hacernos pequeños y ceder a las exigencias del otro por el miedo que nos da perderlo si “les llevamos la contraria”,  

Pero, ¿sabemos realmente cómo gestionarlos de una manera más sana?

El pilar más importante a tener en cuenta al hablar de conflictos es la comunicación. La idea es trabajar ciertos aspectos de la comunicación para que el conflicto sea menos violento o agresivo y se pueda llegar a un punto de entendimiento entre las partes.

Usualmente en cualquier tipo de conflicto o negociación, hay una parte que suele tener tendencia a ser más insistente o que le cuesta tratar de buscar un objetivo en común y que, por lo tanto, acaba imponiéndose. Por eso es importante evitar que, por la fuerza de la insistencia, el desgaste o las pocas ganas de la otra parte de discutir, se ceda el poder a esta parte y se trabaje conjuntamente en una solución beneficiosa para ambas partes.

“Lo más importante en un conflicto es escuchar lo que no se dice” Peter Drucker

¿Por qué es importante una buena comunicación?

Muchos conflictos se dan porque cada cual vive y percibe los gestos desde donde los experimenta. A veces es imposible verlos de otra forma y por eso es importante comunicarnos. Expresar lo que estamos pensando y por qué. Hacérselo saber a la otra persona para que pueda entender desde dónde decimos las cosas y con qué motivación. Haciendo un esfuerzo, todo el mundo puede imaginar otros contextos. Contextos más amigables en los que el daño “duele menos”.

La teoría de la taza

En consulta nos gusta mucho explicar esto con lo que una de nuestras compañeras apodó como la teoría de la taza:

“Si yo sujeto una taza enfrente de mí y tú estás al otro lado, estamos de acuerdo en que estamos viendo la misma taza, ¿verdad?. Pongamos que la taza tiene algún dibujo y que en uno de sus lados tiene el asa. ¿Miremos desde donde la miremos, veremos exactamente lo mismo, o los detalles variarán según el ángulo? La taza sigue siendo la misma, pero dependiendo del punto de enfoque observaremos las cosas de una manera u otra. Pues lo mismo pasa con los conflictos y las diferentes situaciones de la vida.”

Probablemente haya otros motivos que expliquen la situación que genera el conflicto, seguro que hay otras miles de formas de entender lo sucedido. ¿Verdad que cuando crees que ha pasado otra cosa directamente son otras las emociones y los sentimientos que nacen en ti? ¡Pues esa es la idea! 

Con todo esto lo que conseguiremos es establecer una negociación mucho más fluida entre las partes y en definitiva, negociar es establecer un acuerdo, así que este es el fin que perseguimos.

Nuestro decálogo para la buena gestión de conflictos

Con este propósito, hemos desarrollado un decálogo con una serie de herramientas que te pueden ayudar a gestionar un conflicto y a comunicarte mejor, para que cuando se te presenten este tipo de situaciones tengas herramientas para poder gestionarlo de otra forma.

    1. Crear un espacio de confianza: Buscar un espacio seguro para expresarse/salir de la “normalidad” o lo que se supone que debería ser y expresar libremente cómo te hace sentir algo y no como se espera.
    2. Sinceridad y no sincericidios. Ser sinceros con la otra persona no significa decir lo primero que se nos pase por la mente a bocajarro. A veces es necesario parar y reflexionar qué queremos decir exactamente y cómo hacerlo. En ocasiones, podemos o generar malos entendidos o abrumar a la otra persona con toda nuestra actividad mental. La sinceridad es primordial pero no el desagüe emocional.
    3. Reciprocidad. Una relación es siempre bidireccional así que es importante asumir que nosotrxs también tenemos una responsabilidad en el asunto. Lo que nos gustaría recibir del otro tenemos que ofrecerlo por nuestra parte también. Si queremos ser escuchados, debemos centrarnos en escuchar también nosotros.
    4. Confianza en el otro, pero siempre estableciendo unos límites. Cada persona tenemos unas necesidades y es importante respetarlas. Cuando lo que nos pide la otra persona sobrepasa nuestras necesidades es importante respetarnos.
    5. Hablar claro intentando no adornar el tema o dar mil vueltas, Definir el objetivo principal y preparar el tema siempre con un enfoque basado en no dañar la relación y huyendo de la improvisación. Por ejemplo, no es lo mismo decir “me haces sentir de esta manera”, que decir “me siento de esta manera”.
    6. Empatía y conversación como base: Escuchar y  tratar de comprender la postura del otro aunque no la compartas porque es obvio que hay tantas maneras de ver un mismo asunto como personas hay en el mundo.
    7. No esquivar los conflictos.  La evitación no es nunca una buena solución a los problemas ya que lo único que hace es hacer la bola de nieve más grande. Dar portazo a una situación no la soluciona, solo la pospone.
    8. Buscar el “mal menor” o la solución más afín a ambos: Buscar y perseguir los puntos comunes y no las diferencias. Buscar aquello que menos daño nos haga en común y llegar a un acuerdo. 
    9. Tener clara la idea de equipo: Nadie gana ni nadie pierde, ganan o pierden ambos. Cooperatividad. Convencer al otro por presión o aburrimiento no es vencer.
    10. Mente abierta: Existen siempre más opciones que la propia. Flexibilidad ya que existen siempre más opciones que la propia y aferrarnos a ella solo entorpecerá el proceso.

Evidentemente esto solo son directrices muy generales que te pueden servir a grandes rasgos pero cada caso es diferente. Si sientes que estas pautas no se ajustan a tu situación o que se te quedan cortas y quieres trabajar estos temas más en profundidad, siempre puedes acudir a consulta con cualquiera de nuestras compañeras. Estaremos encantadas de ayudarte.

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