¡Hola amiga! Aquí vas a encontrar información generalizada sobre historia y Sexología. Hemos resumido las ideas de forma sencilla para que puedas hacer un recorrido por los aspectos que hemos considerado más relevantes. Si quiere saber más, guárdanos en tu lista de favoritos, porque el contenido lo vamos ampliando cada mes con artículos.
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Historia y Sexología

¿Qué es y para qué sirve la Sexología?
La Sexología es la ciencia que estudia los sexos y el Hecho Sexual Humano. Se divide en tres grandes temas: sexo, sexualidad y erótica. De hecho, esta ciencia trabaja y estudia el sexo que hacemos y el que somos.
Es decir, estudia lo que nos sexa (sexo viene de sexare, del latín y significa partir, separar o seccionar) y nos diferencia con el hecho de ser, sentirse y expresarse como hombre y mujer (te ampliamos la información sobre la identidad en este enlace). El eje central de la Sexología, son pues los sexos.
¿Cuándo surge la Sexología?
La reproducción humana ha sido objeto de atención intelectual desde hace millones de años, al menos que tengamos constancia, desde Hipócrates (siglo IV a.C.). Aunque no es hasta finales del siglo XIX, principios del XX, cuando se empieza a estudiar desde el plano del conocimiento, ya que antes solo se había estudiado desde la perspectiva de la moral.
Así que en este apartado, nos hemos propuesto hacerte llegar información sobre las diferentes corrientes, influencias y hechos históricos que promovieron que la Sexología se convirtiera en ciencia.
A partir del siglo XX surgieron en diferentes puntos del mundo, y de manera bastante simultánea, investigadores, teóricos y figuras relacionadas con la Sexología que dieron lugar a varias líneas de pensamiento. Si te interesa esto, que sepas que te iremos dejando fichas de diferentes sexólogos y sexólogas en la parte de abajo.
Influencia de la religión cristiana
La iglesia tuvo un peso importante en la visión de la sexualidad humana ya que era la encargada del conocimiento, es decir, de todo lo relacionado con "estudiar". La religión cristiana, especialmente a través de la figura de San Agustín (quien consideraba que el espíritu humano era de origen sobrenatural), llegó a la idea de que la sexualidad era una cuestión más espiritual que corporal. Es por eso que se consideraba que solo competía a los filósofos y moralistas abordar estas cuestiones.
Todos los estudios que no tuvieran como fin investigar única y exclusivamente el coito para la reproducción dentro del matrimonio eran considerados indecentes, inmorales, repugnantes y pecaminosos. En cuestiones de sexualidad, todo lo que no girara entorno a la reproducción era considerado lujuria (un término muy de la época), y se veía como algo más animal que no podía ser controlado por la razón o la voluntad.
La lujuria era por tanto una emoción denegada y censurable y solo la abstinencia total podía considerarse el remedio ideal contra ella. Obviamente, como la lujuria no se podía erradicar, San Agustín afirmó que lo mejor era encauzar esos deseos a la procreación dentro del matrimonio. Es por eso que todos los actos no dirigidos a la procreación se consideraban sodomía y eran altamente condenados.
Todo esto hace que el origen de la Sexología como ciencia se postergue en el tiempo y se dé (a la par que la construcción de la mayoría de las ciencias sociales como disciplinas científicas), entre los siglos XVIII-XIX. Hasta entonces como hemos anticipado ya, había más bien discursos morales o filosóficos, pero casi nada científico.
Influencia de la medicina en la sexualidad
A finales del siglo XIX hubo grandes cambios en lo relativo a la sexualidad en Europa. El concepto perversión (cuyo ámbito era la moral y por tanto, terreno religioso) , cobra importancia y se viste en ese siglo con ropajes médicos. El estudio de la sexualidad tiende entonces hacia lo científico y es entonces cuando la medicina empieza a tener un gran papel en la formación de las ideas en torno a este tema.
El erotismo en el arte y la literatura
En el siglo XIX también hay cambios en cuanto al erotismo que se vuelve más libertino. Es entonces cuando el arte y la literatura toman la sexualidad como un asunto de interés. (Amplia esta información en estos artículos.)
¿Por qué empezó a interesar el estudio de la sexualidad?
¿Cuáles fueron las circunstancias que se dieron en este siglo para que las cuestiones sexuales empezasen a interesar? ¿Cómo pasa la sexualidad a constituir un asunto central en la vida de las personas? Son muchos asuntos los que se empiezan a mover y crear necesidades que tienen que ver con estos cambios : contracepción, educación, prostitución, enfermedades venéreas, masturbación, psiquiatría forense…
Promoción de los anticonceptivos
En el siglo XIX hubo un aumento de la población considerable, especialmente en los núcleos urbanos. De hecho, en 1798 Malthus publica un libro que fue muy influyente ‘Ensayo sobre el principio de la población’. En él, argumenta que la población crece más rápidamente que los recursos, lo que provoca que a finales de ese siglo, se de una ola de neomalthusianos que resaltaron los riesgos del exceso de población y promovieron el uso de los anticonceptivos.
Obviamente, se redujo el descenso del número de nacimientos. Con el uso de los anticonceptivos, (in)directamente se promovió que la vivencia de la sexualidad y los encuentros eróticos ya no siempre tuvieran que ser con un fin reproductivo, como venía pasando desde hacía siglos.
La homosexualidad como estudio
La concentración de grandes poblaciones en espacios reducidos también facilitó el encuentro de hombres que deseaban a otros hombres (ya no estaban tan aislados y podían unirse y compartir ) y eso propició la creación de potentes subculturas.
A partir de entonces, el intento de explicar la homosexualidad será uno de los grandes motores de las investigaciones sexológicas. Sin olvidar, por ejemplo, las reivindicaciones activistas de abogados como Ulrichs (que entiende al homosexual como un tercer sexo, consistente de un alma femenina en un cuerpo de hombre y viceversa) o literarios como Symonds y Carpenter.
Infecciones ‘venéreas’
Otro motivo de interés médico por la sexualidad de esa época (siglo XIX) procede de la necesidad de controlar las infecciones ‘venéreas’, que entonces eran incurables. Muchos de los soldados sufrían infecciones por sífilis y gonorrea y por ese motivo no podían acudir al frente.
En algunos casos, hasta el 25% de una brigada podía llegar a estar infectada. Ten presente que no es hasta 1879 cuando se descubre cómo se desarrolla la gonorrea y en 1905 la sífilis.
La prostitución
Se considera que la prostitución era el mayor foco de transmisión de infecciones. Además, en el siglo XIX aumenta considerablemente el número de trabajadoras sexuales.
Uno de los motivos de este aumento era el llamado doble estándar, el cual permitía e incluso favorecía que los hombres burgueses buscaran el placer fuera del matrimonio con mujeres de clase baja, y así mantenían la “pureza” de las mujeres burguesas.
Se consideraba que la sexualidad masculina era difícilmente contenible y se regía por un modelo hidráulico o mecánico (a la manera de una olla a presión), y que pasado un cierto tiempo la energía se acumulaba y buscaba formas de escape. (Esta idea sigue de algún modo viva con la creencia de que si un hombre no tiene relaciones le van a doler los testículos o se le ponen morados.)
Las mujeres, sin embargo, se entendían más como seres sin deseo o cuyo deseo era amar y satifacer al hombre. Por eso el deseo lujurioso de las prostitutas era visto como anormal o patológico. Lo que establecía diferencias muy marcadas entre mujeres (respetables) y prostitutas (depravadas).
Movimientos sociales
El crecimiento de las ciudades también propició las agrupaciones de mujeres en busca, entre otras cosas, de reformas sociales en su beneficio. Discutían por ejemplo sobre las ideas comúnmente aceptadas acerca del matrimonio y la moralidad sexual.
Justo por los debates entre los hombres de la burguesía sobre sus deseos lujuriosos, la moralidad, las prostitutas y las grandes diferencias entre clases sociales, la sexualidad se convirtió en un tema central y recurrente de discusión.
Las teorías darwinistas sobre la selección de los sexos, a su vez, prestaron cierta legitimidad a las investigaciones sobre el sexo.
Estudios desde las diferentes ciencias
La medicina forense, que buscaba las pruebas de crímenes como la violación y la sodomía en el cuerpo de los acusados y las víctimas, dio lugar a un buen número de textos médicos con las más extravagantes teorías en relación a la sexualidad.
Los psiquiatras se vieron en la necesidad de entender por qué las llamadas “perversiones sexuales” (sodomía, bestialismos…), a pesar de ser ilegales, se practicaban con tanta frecuencia. Fruto de ello surge una clasificación que bautiza tipos humanos en función de sus conductas perversas. Krafft-Ebing será el máximo exponente de esto.
La masturbación el origen de todos los males
Otra de las preocupaciones de la época era la masturbación. Desde mediados del siglo XVIII venía aumentando el interés sobre el tema (este acto fue fuertemente condenado en el libro de las ‘Confesiones de San Agustín’ por el cristianismo).
Lo novedoso de este siglo es que la masturbación, pasó de ser condenada por la moral, a ser condenada por la medicina. Dos textos que afianzaron este pensamiento fueron el de Onania publicado en 1716, un panfleto anónimo que advertía de los males de la masturbación, y L’Onanisme publicado en 1760 por el médico suizo Tissot.
Se creía por aquel entonces, que la masturbación era causa de locura como síntoma y así lo plantearon numerosos psiquiatras de la época: Esquirol, Griesenger, Maudsley, Krafft-Ebing.
Aumento de la pornografía
Una relación interesante con este aumento de la literatura antimasturbatoria fue justamente el aumento de la pornografía. A finales del XIX se fueron perfeccionando los métodos de captación e impresión de imágenes hasta que en 1888 Kodak sacó el primer carrete de película enrollable.
Sexualidad como tema central
Todo lo anterior dio como fruto que la sexualidad se colocara como tema central. Es decir: el aumento de la población, las enfermedades venéreas, la prostitución, la homosexualidad, la medicalización de sexo, los pánicos masturbatorios, la medicina forense, la literatura, las escultura, la pintura, la fotografía…
Por todas partes, un tema que había sido considerado banal, que no merecía atención alguna, y que si acaso merecía alguna reflexión moral con tintes de censura, pasa a ser asunto abordable para el pueblo, para los artistas, para los científicos...
Recorrido histórico de diferentes sexólogos y sexólogas
Como cada figura dentro de la sexología merece un abordaje más amplio que unas simples líneas, podréis ir encontrando información sobre cada uno/a de ellos/as en artículos con sus nombres que iremos colgando en la plataforma poco a poco.
- Toda la información recogida en este punto se ha extraído de un manuscrito de Juan Lejárraga Vera.
A qué se dedica una sexóloga y los motivos de consulta
Muchas veces nos preguntáis qué se estudia para ser sexóloga o para qué sirve un sexólogo, sobre todo cuando tenéis pensado formaros en esta ciencia o acudir a alguno por los motivos que sea.
Como te hemos explicado al principio de este texto la Sexología estudia los sexos, y esto, por tanto, hace que las consultas sean muy variadas y el acompañamiento por nuestra parte (en tu proceso) totalmente personalizado.
No hay pautas generales, ni te vamos a pautar a ti. El objetivo es acompañarte, no guiarte. Pero si te interesa saber más te ampliamos la información sobre las terapias y su funcionamiento en este enlace.
Las demandas de consultas sexológicas y trabajo de acompañamiento en terapia pueden venir desde:
– La identidad: Quién soy. (Ejemplo: No tengo claro si soy un hombre o una mujer.)
– La orientación: A quién deseo. (Ejemplo: ¿Soy gay/lesbiana si me gusta solo una persona en concreto de mi mismo sexo?)
– Las peculiaridades eróticas: Cómo me relaciono e interactúo eróticamente con el otro. (Ejemplo: Me gusta que me castiguen y me dominen… ¿esto está mal?)
– La sexuación: Cuáles han sido las fases biológicas y psicológicas de mi vida, que me hacen vivir mi sexualidad de una determinada forma. (Ejemplo: Tengo un problema para relacionarme eróticamente y no sé de dónde me viene.)
– La sexualidad: Cómo puedo estudiar, analizar y cultivar quien soy. (Ejemplo: Me gustaría saber más de mí para entenderme mejor.)
– La erótica: Cuáles son mis propios deseos y placeres. (Ejemplo: Me encantaría explorar más qué es lo que me gusta y me excita.)
– La amatoria: Cómo y por qué amo, me vínculo y me relaciono así. (Ejemplo: ¿Crees que siempre estoy con el mismo tipo de hombre por algo?)
– La pareja: Convivencia y encuentros. Gestión de conflictos… (Ejemplo: Es que siempre estamos discutiendo por lo mismo… no me entiende.)
– La procreación: Embarazo, anticonceptivos… (Ejemplo: Llevamos un tiempo intentando quedarnos embarazadas pero no sabemos por qué no pasa.)
Otros puntos que nos parece interesante resaltar aquí porque son un tema recurrente en terapia son:
– La gestión del rechazo
– La relaciones sociales
– La menstruación y el suelo pélvico
– El abandono
– La gestión de emociones como la tristeza, la ansiedad, el miedo, los celos...
Asimismo, si tu interés está más relacionado con la formación te invitamos a pasarte por nuestro apartado de formaciones dónde poco a poco vamos ampliando información sobre masters, cursos y vídeos que nos parecen interesantes, al igual que te damos la posibilidad de aprender una base con nosotras.
Curiosidades sobre sexo y Sexología
Somos seres curiosos por naturaleza y el sexo siempre es algo que nos ha llamado especialmente la atención. Por eso en este espacio nos ha parecido interesante no solo ofrecerte información sobre la historia de la Sexología y algunos/as de los sexólogos y sexólogas más importantes.
Aquí podrás encontrar algunos artículos con las curiosidades en torno al sexo más interesantes.
Si necesitas ayuda no dudes en escribirnos a equipo@somospeculiares.com o llamarnos o mandarnos un WhatApp al número de teléfono 644 605 758