¡Hola amiga! Aquí vas a encontrar información generalizada sobre emociones y terapia. Hemos resumido las ideas de forma sencilla para que puedas hacer un recorrido por los aspectos que hemos considerado más relevantes. Si quiere saber más, guárdanos en tu lista de favoritos, porque el contenido lo vamos ampliando cada mes con artículos.
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Emociones y Terapia

¿Por qué es importante hacer terapia?
Cada día libramos batallas emocionales y tomamos diferentes decisiones que nos pueden generar malestar. Además, la mayoría de las veces, estas batallas y decisiones van acompañadas del peso de nuestro entorno y las personas con las que nos relacionamos.
La tendencia habitual es hacer como que no las vemos. Ignoramos cómo nos hacen sentir y pensamos que así, sin darnos cuenta o sin hacer nada, pasarán, nos dejaran de doler o se resolverán solas. Pero la realidad es que en el fondo no desaparecen y es inevitable no parar de darle vueltas en la cabeza a esa emoción, situación o decisión.
Otras veces es el propio estrés del día a día o la obligación que nos imponemos de contentar a todo el mundo lo que nos genera malestar. En otras nos sobreviene la sensación de que nuestra vida no tiene sentido o que estamos desperdiciándola y en otras, es la dificultad de gestionar y comprender todas las emociones que experimentamos lo que nos sobrepasa. Incluso puede llegar a ser el cúmulo de todas las anteriores el que se nos viene encima y nos hace sentirnos pesados y con falta de fuerzas.
Es común pensar que debemos lidiar a solas con todos estos asuntos porque entendemos que eso es signo de madurez, de ser autosuficientes y personas válidas, pero el hecho de necesitar ayuda nada tiene que ver en realidad con la validez, con la autosuficiencia o con ser maduro.
¿Por qué nos cuesta tanto decidirnos a ir a terapia?
En general asociamos el hecho de ir a terapia con problemas mentales, con gente a la que “le pasa algo” y necesita ayuda porque, “pobrecito, no puede solo”. Pero ¿a quién no le pasa o le ha pasado algo a lo que le resulta difícil hacer frente?
¿Quién no tiene ningún problema y es capaz de resolver todas sus historias sin una mano amiga? Nadie. ¿Existe alguien que realmente sea capaz de tirar adelante completamente solo? Raramente. ¿Existe una problemática con el hecho de aceptar que en algún momento de mi vida necesito ayuda externa? Parece ser que sí.
¿Por qué me como mis emociones? Porque es lo que nos han enseñado y de algún modo creemos que llena esos vacíos emocionales que sentimos.
¿Porque asociamos el hecho de pedir ayuda con la debilidad? Porque la sociedad nos dice desde pequeños que pedir ayuda es de débiles y que denota que no podemos hacerlo solos. El resultado de todo esto es frustración.
¿Sabemos realmente qué significa ir a terapia o en que nos puede beneficiar hacerlo? Habitualmente no.
Motivos por los que sí ir a terapia
Para empezar, queremos recordarte algo muy obvio que se nos olvida a menudo y hace crecer nuestros pesares: ¡No estás sola! ¡No eres la única que se siente así!
Muchas veces, el impedimento más grande para poner solución a cualquier conflicto interno que tenemos es el hecho de verbalizarlo. Es el primer paso. Lo que suele pasar es que nos da miedo admitir que tenemos tal o cual problema porque sentimos que es algo que solo nos ocurre a nosotros.
De algún modo, sentimos que eso nos hace más débiles o que los demás, si supieran qué nos pasa, nos podrían juzgar como inferiores o incluso reírse de nosotros y de nuestras incapacidades o debilidades.
De hecho, es más que habitual encontrarnos con testimonios así en terapia: “Recuerdo hace unos años estar en una época bastante baja de mi vida y una buena amiga me comentó la opción de ir a terapia. En un principio me pareció buena idea e incluso llegué a pedir cita para una primera sesión, pero llegada la hora de la verdad, me autoconvencí de que no estaba tan mal, de que yo sola podía y anulé la cita. Un año después, y visto que la situación no mejoraba, acabé retomando el número del terapeuta y llamando. Hoy día doy gracias por haberlo hecho.”
Si nos resulta difícil a nosotros mismos aceptar ciertas partes de nuestro ser, ¿cómo mostrarlas abiertamente a otra persona? Entre otras cosas porque desde fuera es más fácil ver ciertos aspectos.
Porque con la ayuda de alguien externo nos es más sencillo reconocer las herramientas con las que afrontar cada situación y porque al igual que cuando te duele la pierna vas al médico, cuando te pesa cualquier situación que te genere malestar emocional, es recomendable acudir a un profesional que te acompañe y te ayude a superarlo.
A terapia no van los locos, si no los que tienen la madurez suficiente para hacerse cargo de sus emociones.
Todos buscamos sentirnos plenos en nuestra vida y tener algo que nos motive a avanzar. Por lo contrario, la vida pasa cual si fuéramos autómatas y más de uno, al echar la vista atrás puede tener la sensación de haber pasado por este mundo de puntillas.
Por eso creemos que es vital que cada uno de nosotros podamos dedicarnos el tiempo suficiente para hacer nuestro proceso personal de autoconocimiento, y éste es más fácil cuando alguien nos acompaña y nos ayuda a encontrar las herramientas necesarias para ello.
La vida da un giro de 180 grados cuando nos damos la oportunidad de escucharnos, conocernos y atender nuestras necesidades.
Si necesitas ayuda no dudes en escribirnos a equipo@somospeculiares.com o llamarnos o mandarnos un WhatApp al número de teléfono 644 605 758
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¿Por qué tenemos emociones?
Hablar de emociones, aunque todo/as las sentimos inevitablemente, a veces puede ser un poco como un paseo por la jungla: territorio inexplorado y que depende y cómo, aterra. Antes de entrar en materia nos gustaría decir que los humanos, somos seres emocionales para bien y para no tan bien, a juicio de algunos.
Cuando decimos seres emocionales nos referimos a que todos sentimos y expresamos lo que estamos sintiendo de una u otra manera. Las emociones son una de las herramientas de las que disponemos para expresar eso que sentimos, ya sea algo agradable o desagradable.
¿De dónde vienen las emociones?
Podríamos decir que son una parte instintiva del lenguaje que usa nuestro cerebro para darnos señales de cómo reacciona a ciertos estímulos o situaciones en las que nos encontramos en un momento determinado.
¿Cómo se clasifican las emociones?
Hay quienes clasifican las emociones en primarias y secundarias. Aunque el número de emociones en cada categoría varía según quien las esté clasificando.
Nosotras no queremos entrar en hacer una nueva clasificación ya que, dependiendo de la persona valorará más unas u otras. Preferimos hablar de las emociones como una especie de universo en el que conviven y se entremezclan diferentes sensaciones, dando lugar a emociones que pueden tener distintas caras. Nos resultarán más o menos intensas según el momento y las circunstancias que estemos viviendo.
Así por ejemplo, si hablamos de la emoción de “sorpresa”, de buenas a primeras, no podemos catalogar si esta emoción es agradable o desagradable. Dependerá de la situación en la que nos encontremos y de los inputs que tengamos en referencia a dicha situación el clasificarla hacia un lado o hacia el otro.
Emociones buenas y malas
Dicho esto, nos gustaría hacer mención especial a un asunto: Normalmente hacemos distinción dentro de las emociones entre “buenas o malas”. Esta manera de decirlo, es errónea, inexacta y nos lleva a la dicotomía del bien y del mal.
De lo que aceptamos y de lo que no. De esta manera, catalogamos una serie de emociones como no deseadas y deseadas. Solemos rechazar las no deseadas cuando aparecen, perdiéndonos así una gran parte de información sobre nosotro/as mismo/as.
De este modo, nos quedamos muy posiblemente encallados en situaciones que nos resultan desagradables por el mero hecho de no entender qué es lo que está pasando.
Por lo tanto, es importante remarcar llegados a este punto, que no hay emociones buenas ni malas, simplemente emociones. En todo caso, y si queremos catalogarlas, podemos hacerlo en agradables y menos agradables, pero todas ellas son buenas desde el punto de vista de que todas nos aportan información sobre nosotras mismas y cómo nos relacionamos con el mundo y nuestro alrededor.
¿Para qué sirven las emociones?
Las emociones nos ayudan a poner límites en nuestra vida y a establecer que sí nos beneficia y qué no. Ahí va un ejemplo.
Si nos comemos un helado y sentimos placer, el mensaje que esa emoción nos está dando es: ¡Oye, esto me gusta, dame más! Es importante reconocer esa emoción para delimitar nuestros gustos y cómo satisfacerlos.
Por otro lado, si alguien tiene un comportamiento agresivo conmigo y siento miedo, lo que esa emoción me está diciendo es: ¡Eh, ten cuidado, debes protegerte porque esto no es bueno para ti! Este mensaje también me sirve para delimitar mis necesidades y tener claro cómo cuidarme de posibles riesgos.
¿Por qué es importante la inteligencia emocional?
Cuando sentimos emociones y no les prestamos atención, nos estamos perdiendo una información muy importante sobre cómo gestionar infinidad de situaciones. Cómo reaccionemos en esas circunstancias y la observación y lectura que hagamos de ellas, dependerá el cómo afrontemos situaciones similares en el futuro.
Existen en ese caso dos opciones:
- Seguir en modo autómata, es decir, sin prestarles atención y tener la sensación de tropezar siempre con la misma piedra.
- Prestar atención, aprender de ello y poder avanzar.
¿Cómo puedo aprender a gestionar mis emociones?
Resulta difícil gestionar nuestras propias emociones si nunca nos han explicado qué son, por qué están ahí o para qué sirven. Así que es muy probable que para aprender a convivir sanamente con ellas, necesites acudir a una profesional para que te guíen en este camino.
Afortunadamente como sociedad cada vez estamos apostando más por este aprendizaje y vemos como, sobretodo los más peques, ya están recibiendo esta formación tanto desde casa como desde la escuela. Pero para los que no habéis tenido tanta suerte, siempre podéis contar con servicios de terapia como el que ofrecemos desde Somos Peculiares y trabajar en vuestro crecimiento personal.
Si necesitas ayuda no dudes en escribirnos a equipo@somospeculiares.com o llamarnos o mandarnos un WhatApp al número de teléfono 644 605 758